¿Qué es el alforfón y para qué sirve?
Entre los ingredientes con mayor aporte nutricional y muy poco utilizado en la cocina, está el alforfón. ¿Sabes qué es y para qué sirve? Aquí te lo contamos, toma nota.
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Casi cualquier persona, al escuchar que una planta lleva como nombre trigo sarraceno, inmediatamente pensará que se trata de un cereal. Cuando además descubra su apariencia, las dudas en torno a la familia a la que pertenece esta especie se disiparán. Pero se trata de una creencia errada. El alforfón no está adscrito al grupo de las gramíneas, es decir, no es un cereal. Su parentesco es con las poligonáceas. Y aunque a primera vista parecen productos similares, nada tiene que ver con el trigo ‘estándar’.
En el nuevo milenio se ha puesto muy de moda el alforfón gracias a los enormes beneficios que aporta y su versatilidad culinaria. Un factor muy determinante en esta tendencia alcista de su reputación, es su ausencia de gluten. Lo que permite su consumo por parte de quienes padecen la enfermedad celíaca. De hecho, su harina es una de las alternativas más utilizadas por este grupo poblacional para sustituir a las fórmulas tradicionales.
Cuando las apariencias engañan
Como ya hemos visto, a primera vista el alforfón puede pasar como una variedad de trigo. Cuenta con un tallo grueso y una estatura que oscila entre los 20 y los 70 centímetros. Sus flores pasan de tonalidades rosas hasta completamente blancas, no muy grandes y agrupadas en pequeños ramilletes terminales.
Realmente se trata de una hierba que ofrece frutos con una periodicidad anual. El proceso de germinación y posterior maduración tiene lugar entre los meses de julio a octubre y se da de manera gradual.
¿Un cultivo en alza?
Este es un cultivo origen asiático, específicamente de la gélida región de Siberia y de los territorios de Manchuria, en el extremo noreste de China. Desde finales de la Edad Media su producción agrícola es bastante popular en toda Europa. Factor que se replicó después de la llegada de los colonos ingleses a Norteamérica, donde ya crecía de manera silvestre. En Cataluña se le considera como cultivo tradicional.
Pero a pesar que en la actualidad está muy en boga, la siembra del alforfón tiende a decrecer. La falta de exactitud respecto a las fechas en las que debe cosecharse, ha convertido en una misión imposible los intentos por mecanizar su recolección. Factor que ha provocado que muchos agricultores opten por plantaciones que requieran de menores costes.
Lo anterior, en combinación con su especificidad de ser gluten free, se refleja en los precios de venta al consumidor final. Mientras que las harinas refinadas de trigo tienen un precio promedio inferior al Euro por kilogramo, el alforfón se ubica en torno a los 6,3 €.
Aportes del alforfón Vs el trigo
Para quienes viven con la enfermedad celíaca, elegir entre el trigo ‘normal’ y el sarraceno no es posible. El resto de la población se encontrará con valores nutricionales no muy diferentes, que eventualmente lleve a muchos a preguntarse si realmente vale la pena invertir hasta 500 % más en la adquisición de su harina.
El alforfón es mucho más rico en lo que respecta a los minerales. Contiene buenas dosis de calcio, hierro, magnesio, potasio, sodio zinc y fósforo. Superioridad que se repite en grasas no saturadas. En contraparte, sus niveles dentro de una categoría cada vez más cuestionada son cinco veces superiores: los azúcares. La relación es de 0,4 g en cada 100 gramos de trigo ‘estándar’, contra 2,6 g incluidos en la planta poligonácea.
El aporte de proteínas que se consigue en ambas harinas es bastante similar. Ocurre lo mismo en lo que respecta a las calorías. En la categoría en la que los dos ingredientes no aportan demasiado es en las vitaminas.
Propiedades medicinales del trigo sarraceno
El alforfón incluye entre los componentes de sus hojas altas cantidades de fitonutrientes, elementos que facilitan el funcionamiento del sistema inmunológico. Dentro de la medicina herbal, estos flavonoides son extraídos para ser utilizados en tratamientos destinados al control de la hipertensión, disminución de los índices de colesterol malo y en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
El tracto digestivo también agradece la ingesta de este ingrediente. Estimula el crecimiento de la flora intestinal y mejora el apetito en personas con ‘apatías alimenticias’. Del mismo modo, el alforfón está especialmente indicado como coadyuvante para superar cuadros de diarreas.
Sus beneficios no solo se limitan a su consumo. Se recomienda a quienes padecen alergias ambientales severas que utilicen compuestos elaborados con esta planta para rellenar sus almohadas. En sustitución de las plumas o materiales sintéticos.
Versatilidad
La inclusión de este ingrediente en la dieta diaria no es muy complicada. Tampoco se limita exclusivamente a valerse de su harina como un sustituto de las de trigo o de aquellas que contienen gluten. Puede utilizarse en ensaladas o prepararse de forma similar al arroz o al cuscús.
En Cataluña, una de las recetas más populares con este ingrediente son las crepes. Opciones hay muchas otras, con la creatividad como límite, solo tienes que animarte a probar sabores nuevos.
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