Un Presupuesto bolchevique
Causa pavor leer el documento que resume el acuerdo del Gobierno socialista con Podemos para tratar de sacar adelante el proyecto de Presupuestos. En primer lugar, se inicia el texto con un largo preámbulo en el que dicen que los últimos años la población ha sufrido recortes, ha perdido derechos y ha visto mermada la calidad democrática. Cuesta ver, en un texto tan panfletero, el logo del Gobierno de España; mal estaría que lo firmase el PSOE, pero eso no lo puede decir y firmar un Gobierno, aunque sólo sea por separar partido y Gobierno en ese lenguaje. En cualquier caso, causa pavor, decía, pero no por eso, sino por el contenido del mismo, que va a arruinar la economía española y a todos los españoles. Plantea un incremento desmedido del gasto, hasta límites insostenibles. Insiste en ligar la revalorización de las pensiones al IPC con el correspondiente impacto presupuestario negativo, de más de 700 millones de euros, en subir las pensiones más bajas un 3% con otros 400 millones de coste o en pretender que las pensiones más bajas lleguen a representar el 60% del salario medio.
Junto con ello, plantean un encarecimiento de las cotizaciones a la Seguridad Social para empleados del hogar —que provocará un incremento de la economía sumergida, no sabemos si Echenique ha redactado esta parte—, un incremento del coste sanitario, con el fin de los copagos, una eliminación de las externalizaciones —que ellos llaman privatizaciones—, un aumento de las becas y un incremento de profesores en la educación pública. Es decir, un incremento de gasto insostenible. Todo eso para hundir a la economía. Quieren poner un techo al alquiler con una regulación disparatada que lo único que provocará es que se retiren pisos de alquiler, con lo que subirá todavía más el precio del arrendamiento.
En esa línea de hundimiento económico, quieren elevar a 900 euros el salario mínimo, con lo que expulsarán del mercado de trabajo a todo trabajador que no genere un valor que le permita obtener ese salario o que lo condenará a la economía sumergida. Quieren, adicionalmente, incrementar la gratuidad de la enseñanza de cero a tres años, cosa que no resiste nuestro Presupuesto. Aumentar el ingreso por cuidado de hijos a familias con rentas bajas o equiparar la duración de la baja de paternidad a la de maternidad con un impacto negativo de más de 300 millones de euros. En definitiva, como ellos dicen, quieren igualar el gasto público sobre el PIB a Francia o a la UE, subiéndolo 15,5 puntos, es decir, 170.000 millones de euros.
Y para terminar de rematarnos, pretenden fijar el impuesto de sociedades en un mínimo efectivo del 15% o del 18%, que evitará deducciones y que expulsará inversiones, elemento que destruirá empleo; quiere gravar la compra de acciones con un 0,2% por transacción, de manera que se dificultará la canalización del ahorro de las familias a la inversión de las empresas, lo que encarecerá su financiación, y quieren subir el IRPF entre 3 y 4 puntos, unido a un incremento del impuesto de patrimonio que es confiscatorio. ¿Van a votar el PNV y los independentistas catalanes ese Presupuesto? En definitiva, un Presupuesto bolchevique que nos lleva a la ruina, a la miseria y al abismo económico, ya que elevará el gasto y hará caer la actividad, el empleo y la recaudación, provocando grandes déficit y deuda. Debe ser devuelto y las elecciones deben ser convocadas.