Dos asignaturas pendientes del PP

La mayor parte de los lectores de esta columna conocen la publicación del libro Éxodo y Poder, una historia crítica de la derecha española, que modestamente firma el autor de este espacio digital.

Se trata de una crónica de más de 500 páginas que historia la vida del Partido Popular desde su creación y nacimiento hace ahora medio siglo. En las presentaciones que se realizan estos días por todos los rincones de España los lectores me preguntan acerca de si es posible que los errores  cometidos históricamente (algunos muy gordos) por los líderes del PP se pueden repetir.

En realidad, las dos grandes asignaturas pendientes de aprobar por la formación de centro derecha siguen estando muy actuales al día de hoy, sin que se haya avanzado nada al respecto. La primera de ellas es que ha dejado y todavía deja a la izquierda que lidere la cultura del progreso, es decir, que reescriba e interprete la historia en términos generales bien alejada de la realidad. Es lo que se ha dado en llamar la «batalla cultural» que nunca se ha dado. Escrito de otra forma, que no existe la superioridad moral de la que presume la izquierda con el visto bueno del centro derecha y la derecha.

La segunda, íntimamente relacionada con la anterior, es sin duda la estrategia y la táctica mediáticas. Lejos de aprender algo de lo ocurrido durante las etapas de Aznar y Rajoy, el PP suspende cada vez con más fuerza en esta materia. Sánchez y la izquierda han laminado a todos los opinadores críticos, mientras que el PP, allá donde manda –Telemadrid sin ir más lejos– abrevan todo tipo de personas que se permiten el lujo de insultar con descaro a la presidenta. Ello como botón de muestra.

Lo anteriormente expuesto se compadece, por ejemplo, con lo que ocurre en RTVE, donde Fortes e Inchaurrondo, por ejemplo, campan por sus respetos y se adornan de opinadores generalmente de la izquierdona a los que los blanditos de la derecha les justifican sólo con su presencia.

¿Hace falta escribir más? Decididamente, no. Suma y sigue.