Así preparó Iglesias ‘La calle pregunta’: «Alberto, 24 años, chulito y desafiante, quiere dar caña»
La espontaneidad con la que Pablo Iglesias se desenvuelve durante sus apariciones en la pequeña pantalla es fruto de muchas horas de preparación y del trabajo de buena parte de su equipo, que analiza hasta el último gesto y valora la repercusión de sus palabras.
En plena precampaña de las elecciones generales del 20D, Pablo Iglesias fue invitado en noviembre de 2015 a someterse a las preguntas de un grupo de ciudadanos en una sección de La Sexta Noche denominada La calle pregunta. Con anterioridad, habían participado en este formado Albert Rivera y Alberto Garzón, por lo que la dirección de Podemos estudió al milímetro sus intervenciones para aleccionar a Iglesias sobre cómo debería actuar ante las cámaras.
No sólo esto, sino que Podemos radiografió y trazó un perfil de los seis ciudadanos que podían resultar «potencialmente problemáticos» y podían poner contra las cuerdas a su líder con preguntas incómodas. Según estas apreciaciones, la palma se la llevaba Alberto, un estudiante de Derecho de 24 años nacido en Madrid.
«Chulito y desafiante. Interpela directamente. Quiere dar caña y llamar la atención. Busca la confrontación, intenta ponerse por encima», indica sobre él el informe interno de Podemos al que ha tenido acceso OKDIARIO (pulse aquí para acceder al informe completo). Y en el apartado de recomendaciones, añade: «No dejará pasar la oportunidad para retar a Pablo e intentar dejarlo en evidencia».
Así que cuando acudió al programa, Pablo Iglesias ya sabía que debía andarse con pies de plomo ante este joven. El informe identifica a otra de las ciudadanas «potencialmente problemáticas» de La calle pregunta como «Carolina, 30 años, profesora en paro».
«Es de izquierdas y se alegra del fin del bipartidismo», señala sobre ella, «muy desenvuelta y desenfadada, directa y enérgica. Irónica, interpela directamente y llega a atacar. Evaluadora, ligeramente altiva, desconfía». Y en el apartado de recomendaciones, advierte lo siguiente: «Aunque es afín (precisamente por eso) pondrá a prueba a Pablo y le apretará las tuercas».
Sobre otro de los participantes en el programa (Carlos, 22 años, Ciudad Real, estudiante de dos carreras), el informe indica lo siguiente: «No parece cercano a Podemos; es posible que pretenda intimidar a Pablo».
Pero significativamente, la dirección de Podemos también puso en guardia a Iglesias frente a otros participantes «potencialmente problemáticos» que parecían simpatizar con Podemos. Éste es el caso de Rafael, un conductor autónomo de 56 años: «Tiene su casa embargada, posible desahucio», indica el documento interno, «afín a nuestra ideología, pero está desengañado. Intentará poner a prueba a Pablo».
En la ficha de otra participante del programa (María José, traductora jubilada de 74 años), la dirección de Podemos anotó que había preguntado a Albert Rivera sobre la enseñanza en castellano en Cataluña: «Pudiera ser anticatalanista», advierte el documento.
La dirección de Podemos remitió a Pablo Iglesias un segundo informe (pulse aquí para acceder al documento completo) de ocho páginas, en el que analizaba al detalle la presencia de Alberto Garzón y Albert Rivera en las dos ediciones anteriores de La calle pregunta. Sobre el primero, explica que «la presencia de Garzón ha sido la típica de sus presentaciones: camisa clara (blanca). A Garzón se le ve siempre como un sujeto tranquilo, amigable y cercano. El problema viene después».
Alberto Garzón está integrado ahora en la coalición Unidos Podemos, con la que Izquierda Unida y Podemos concurrieron juntos a las elecciones generales del 26J. Sobre su aparición en La Sexta Noche indica el informe: «Garzón no supo manejar el formato. Estaba moviéndose todo el tiempo revelando mucha incomodidad y nerviosismo (…) Se perdió en datos muy fríos y abstractos y nunca utilizó la pizarra (tampoco lo hico Rivera)».
En cuanto a la presencia del líder de Ciudadanos, el informe de Podemos subraya lo siguiente: «Apareció en traje, chaqueta gris, camisa blanca y corbata azul. Mucha imagen del PP (…) Se le ve como suele ser él: muy cómodo y desenvuelto, seguro, da confianza. Pero según las preguntas avanzan, se va poniendo nervioso e incómodo. Baila mucho y hace que la cámara vaya de un lado a otro».
Tras estudiar la actuación de sus dos rivales, la dirección de Podemos hizo el siguiente comentario sobre el formato televisivo: «Es fácilmente aburrido. Hostil para el entrevistado, que se ve sometido a un tercer grado de casi una hora. La interpelación directa a personas normales tiene, como puntos positivos, que no están entrenadas para cazar o retorcer al entrevistado y suelen mostrarse agradecidas por el mero hecho de tener la oportunidad de hablar a tales líderes, lo que hace fácil ganárselos».
Sin embargo, advertía a continuación, «cualquier mínima agresividad o mal gesto hacia ellos no será perdonado por la audiencia». En sus conclusiones finales, el informe animaba a Pablo Iglesias a convertir el programa en «una especie de asamblea. Esto transmitiría performativamente (sic) el discurso Podemos y, además, rompería el formato y los esquemas, lo cual siempre ha sido una de nuestras principales fortalezas para ser protagonistas mediáticos».
«Romper el formativo y los esquemas… para ser protagonistas mediáticos». Exactamente lo que hizo Carolina Bescansa al acudir con su bebé a la sesión constitutiva de las Cortes, en otro gesto calculado para atraer sobre Podemos toda la atención de la prensa.
El informe interno sobre La calle pregunta concluye con varias recomendaciones para Pablo Iglesias: «No bailar. Ojo con la postura. Emplear de manera imaginativa la pizarra. No permitirse ni un desliz de hostilidad hacia los preguntantes».
Y resulta especialmente llamativa la siguiente sugerencia: «Aprovechar esta oportunidad para mostrar un nuevo perfil. Pablo siempre ha sido agresivo porque en televisión se enfrenta a las fuerzas políticas establecidas (la casta). En esta ocasión puede sorprender siendo más amable, humilde, cercano y, en general, menos beligerante».
Esta táctica, añade, «no sólo tranquilizaría a quienes el personaje Pablo Iglesias les rechina o da miedo, sino que daría mucha complejidad y riqueza a ese personaje, enriqueciéndolo y facilitando la posibilidad de identificarse con él al ofrecer más puntos de anclaje». Pablo Iglesias convertido en un personaje de novela, para poder vender mejor su producto ante el auditorio de La Sexta.