Condenado a 22 años de cárcel el antiguo líder de los Proud Boys por el asalto al Capitolio
Enrique Tarrio no estaba presente en el asalto pero se le considera "cerebro a distancia"
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El antiguo líder de la formación ultranacionalista Proud Boys, Enrique Tarrio, ha sido condenado este martes a 22 años de cárcel por «conspiración sediciosa» por su papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2022.
El juez de distrito Timothy Kelly ha condenado a Tarrio, quien no estaba presente durante el asalto, aunque se le considera «cerebro a distancia» del asalto, a la pena más alta emitida hasta ahora por estos hechos.
Los fiscales habían pedido una condena de 33 años de cárcel para Enrique Tarrio, de 39 años y ex líder de Proud Boys, quien ha asegurado que el asalto al Capitolio del 6 de enero es una «vergüenza nacional». «No creo que lo que pasó ese día fuera aceptable», ha agregado.
Su condena se produce después de que el también líder de Proud Boys Joe Biggs fuese condenado a 17 años de cárcel. Además, otros dos miembros de la milicia nacionalista, Dominic Pezzola y Ethan Nordean, fueron condenados a 10 y 18 años, respectivamente. Esta última condena iguala a la recibida por Stewart Rhodes, el fundador de otro grupo ultra, los Oath Keepers.
Multa por quemar una pancarta de BLM
Un tribunal de Washington D.C. condenadó en julio al grupo Proud Boys a pagar 1,03 millones de dólares a la histórica Iglesia Episcopal Metodista Africana Metropolitana por quemar un una pancarta con el símbolo del movimiento Black Lives Matter en 2020 durante una manifestación del grupo.
La iglesia demandó en 2021 a Proud Boys International LLC después de que fuera dañada la pancarta y de recibir mensajes amenazantes en us buzón de voz, por lo que el juez Neal E. Kravitz ha condenado al gurpo por un «asalto» contra la iglesia, «resultado de los acontecimientos orquestados centrados en los principios rectores de los Proud Boys: supremacía blanca y violencia».
Testigos como el reverendo William H. Lamar IV declararon en el juicio que los miembros de Proud Boys arrancaron y destruyeron la pancarta, colocada tras la muerte de George Floyd durante una actuación policial en Minneapolis. La iglesia pidió una reparación por los daños y para adoptar medidas de seguridad adicionales.