La ‘Armada Europea’ que quiere crear Reino Unido para proteger el estrecho de Ormuz

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Theresa May en el 10 de Downing Street. (Foto: AFP)
  • Henar Hernández | atalayar.com

Este lunes, el medio Irib News, ha publicado las primeras imágenes de la tripulación del Stena Impero, el buque británico retenido por las autoridades iraníes acusado de “contrabando de carburante” desde este 19 de julio. Los marineros, nacionales de India, Letonia, Rusia y Filipinas, se encuentran todavía a bordo del barco, según ha confirmado la Embajada de Irán en India.

Irán realizó esta operación en respuesta a la detención en Gibraltar de un petrolero iraní – Grace 1 – que transportaba crudo a una refinería en Siria, lo que, según Reino Unido, suponía una violación de las sanciones impuestas por la Unión Europea al país comandado por Bachar al-Asad.

Este hecho ha desencadenado la reacción de la clase política británica. Así, el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, ha denunciado que la acción ejercida desde Teherán ha sido “un acto de piratería estatal”, pues “según el derecho internacional, Irán no tenía derecho a obstruir el paso del barco, y mucho menos, a intervenir a bordo”.

Por ello, ha anunciado que buscarán “organizar una misión de protección marítima liderada por Europa para apoyar el paso seguro tanto de la tripulación como de la carga en esta región vital” y que ya han mantenido conversaciones con varios países durante los dos últimos días para el establecimiento de dicha operación. Los detalles de la misión todavía se desconocen, aunque el ministro de Exteriores ya ha adelantado que “no es posible que la Royal Navy “proporcione escoltas para cada barco o incluso elimine todos los riesgos de piratería”. Del mismo modo, Hunt ha confirmado que el Gobierno ha enviado a dichas aguas al Destructor Tipo 45 HMS Duncan, de la Royal Navy, el cual se espera que llegue dentro de una semana.

En cualquier caso, la misión que pretende erigirse a modo ‘Armada Europea’ pende de un hilo, pues todo dependerá del nueva política ejercida por el recién nombrado primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson. Ahora, con la conformación de un nuevo gabinete sobre la mesa, Hunt podría perder el cargo de ministro de Exteriores y, con ello, podrían evaporarse su proyecto de la misión europea.

El estrecho de Ormuz se ha convertido en auténtico polvorín tras los acontecimientos que han sacudido su estabilidad desde el pasado mes de mayo, cuando tuvo lugar el primer incidente que sacó a relucir la tensión entre EEUU y sus aliados occidentales y árabes con Irán: el sabotaje de dos petroleros saudíes en aguas de Emiratos Unidos el pasado 12 de mayo. Tras ello, se produjo un ataque a dos petroleros en el golfo de Omán, en las aguas conexas a Ormuz, el 13 de junio; tuvo lugar el intento de bloqueo de un petrolero británico por tres embarcaciones iraníes el 12 de julio; y, recientemente, acaeció la desaparición de un petrolero de bandera panameña el 17 de julio.

Cabe recordar, en este punto, que la utilización del estrecho de Ormuz como el principal escenario del recrudecimiento de las tensiones no es casual. Esta ruta, de 280 kilómetros de longitud y 33 kilómetros de ancho, se configura como la principal vía marítima del mundo por la que pasa cerca del 30% del comercio global del petróleo, esto es, unos 18,5 millones de barriles al día (mb/d), según datos de la Administración de Información de Energía de EEUU (EIA, por sus siglas en inglés).

‘Centinela’, el plan de Estados Unidos

El pasado 16 de junio, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, prometía que el país norteamericano garantizaría “la libertad de navegación por el estrecho de Ormuz” y que, para la consecución de dicho objetivo, Washington tomaría “todas las medidas necesarias, diplomáticas y de otro tipo”. Días más tarde, se hacía público el programa ‘Centinela’ (‘Sentinel’), a través del cual EEUU buscaría “reclutar a sus socios para ayudar a mejorar la seguridad de los barcos que cruzan el estrecho de Ormuz”.

Para ello, y según publica The Washington Post, las embarcaciones que utilicen dicha ruta “recibirían cámaras y otros dispositivos de monitoreo para corroborar las amenazas de Irán”, así como que aquellos buques que los necesiten “serían escoltados por otros barcos, tanto militares como comerciales”. El diario de la capital estadounidense cita, además, a un alto funcionario del Departamento de Estado que explica que, con este programa, se trata de emplear “elementos disuasivos proactivos para que Irán deje de hacer lo que quiera y luego, encima, lo niegue”.

El anuncio de este plan coincidió con la visita de Pompeo a los países del Golfo, en los que el funcionario estadounidense buscó recabar apoyos, sobre todo, por parte de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudí, nación que se convirtió en la primera firmante de ‘Centinela’, según revela The Washington Post.

Para el desarrollo del programa, que se encuentra todavía en fase de planificación, se solicitaría asistencia financiara o directamente buques “para ayudar a monitorear y proteger el comercio marítimo”. Del mismo modo, a los países que compran y venden petróleo en dicho área se les pediría, en ciertos casos, que acompañen a las embarcaciones, las coloquen en posiciones fijas en la región o proporcionen aviones de patrulla marítima.

Aunque los dos planes, tanto la ‘Armada Europea’ como el estadounidense ‘Centinela’ persigan, aparentemente, el mismo objetivo, Jeremy Hunt ha asegurado que Reino Unido “no formará parte de la política de máxima presión de EEUU sobre Irán, porque seguimos comprometidos con la preservación del acuerdo nuclear”. No obstante, el ministro de Exteriores británico ha explicado que abordarán cómo la misión liderada por Europa se complementará con la estrategia lanzada desde el país norteamericano.

Irán responde

Ante estos anuncios de planes por parte de Reino Unido y Estados Unidos, el presidente iraní, Hasan Rohaní, ha asegurado que “Irán ha sido y será el principal guardián de la seguridad y la libertad de navegación en el golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz y el mar de Omán”. Asimismo, ha aseverado que su país “no tiene la intención de aumentar las tensiones en la región y con otros países y que nunca iniciará una guerra”, ya que cree que “los problemas de la región deben resolverse a través del diálogo, la negociación y la cooperación entre países vecinos y regionales”.

Estas declaraciones se han producido en el marco de una cumbre bilateral celebrada entre Irán e Irak este lunes, a la que ha asistido el primer ministro iraquí, Adil Abdul-Mahdi. El encuentro ha sido calificado de “histórica”, que ha supuesto “un hito en las relaciones entre Teherán y Bagdad”, puesto que se han abordado asuntos como la cooperación conjunta “en el desarrollo de la estabilidad y la seguridad regionales como dos países amigos y vecinos”, la cooperación económica y empresarial – sobre todo en materia energética y el petróleo – o la lucha conjunta contra el narcotráfico.

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