Independencia de Finlandia: causas, desarrollo y consecuencias históricas
Descubre cómo Finlandia logró su independencia y los hechos históricos que marcaron este proceso.
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La independencia de Finlandia es un episodio fundamental en la historia de esa nación nórdica. Durante muchos siglos este país estuvo marcado por la dominación extranjera y las luchas internas, al tiempo que se desarrollaba un fuerte sentido de la identidad nacional.
¿Cuándo Finlandia declaró su independencia?
Durante varios siglos Finlandia padeció la dominación extranjera. Primero fue Suecia, hasta 1809, y luego Rusia, entre 1809 y 1917. La Revolución de febrero de 1917 en Rusia, que derrocó al zar Nicolás II, creó un vacío de poder que les permitió a los finlandeses buscar su independencia.
El Parlamento finlandés aprobó la declaración de independencia el 6 de diciembre de 1917. Sin embargo, esta no fue reconocida por Rusia ni por otras potencias hasta tiempo después.
La Rusia bolchevique aceptó la independencia oficialmente el 4 de enero de 1918. Este paso marcó el inicio de Finlandia como nación soberana.
¿Qué significa el 6 de diciembre para Finlandia?
El 6 de diciembre es el Día de la Independencia de Finlandia. Esta fecha simboliza la libertad y la identidad nacional. Se conmemora la declaración de independencia de 1917.
Para los finlandeses, el 6 de diciembre evoca la resiliencia de una nación que logró superar control extranjero, además de una guerra civil devastadora entre los “Rojos” (socialistas) y los “Blancos” (conservadores), en 1918.
Este día se celebra orgullo nacional, pero también es un momento de reflexión sobre los sacrificios realizados para alcanzar y preservar la independencia.
¿Cómo celebran los finlandeses el Día de la Independencia?
El Día de la Independencia en Finlandia se celebra de una manera sobria, pero profunda, lo cual refleja el espíritu de la cultura finlandesa.
Las celebraciones comienzan con el izado de la bandera en la Plaza del Senado en Helsinki, acompañado de discursos políticos. El presidente organiza una recepción en el Palacio Presidencial, conocida como Linnan juhlat (la Fiesta del Castillo), con figuras destacadas.
En las ciudades y pueblos, los ciudadanos participan en ceremonias en iglesias, cementerios y monumentos para honrar a los caídos en las guerras.
Una tradición icónica es la colocación de dos velas azules y blancas (colores de la bandera finlandesa) en las ventanas de los hogares al anochecer. Las celebraciones también incluyen desfiles militares, conciertos de música clásica y eventos culturales.
¿Qué país gobernó Finlandia entre 1809 y 1917?
Entre 1809 y 1917 Finlandia estuvo bajo el dominio del Imperio Ruso que la denominaba el “Gran ducado de Finlandia”. Este período comenzó tras la Guerra Finlandesa, cuando Suecia, que dominaba a Finlandia, perdió el territorio frente a Rusia en el Tratado de Fredrikshamn.
Pese a todo, Finlandia disfrutó de un grado significativo de autonomía bajo el Imperio Ruso. Tenía su propio parlamento, leyes y sistema educativo. El ruso no se impuso como idioma oficial.
Sin embargo, a finales del siglo XIX, Rusia intensificó sus esfuerzos para integrar más estrechamente a Finlandia mediante políticas de rusificación, especialmente bajo el zar Nicolás II. Estas medidas restringieron la autonomía y generaron una resistencia que culminó con la independencia de 1917.
¿Por qué Rusia invadió Finlandia?
Rusia, en este caso la Unión Soviética, invadió Finlandia en 1939. Así se desencadenó la Guerra de Invierno, entre el 30 de noviembre de 1939 y el 13 de marzo de 1940.
Las causas fueron estratégicas y geopolíticas. Avanzaba la Segunda Guerra Mundial y había un débil pacto nazi-soviético firmado en 1939. La Unión Soviética, bajo el gobierno de Stalin, buscaba asegurar su frontera noroccidental ante una posible invasión alemana y proteger Leningrado, que estaba cerca de la frontera finlandesa.
Stalin exigió que Finlandia cediera territorios estratégicos, como zonas de la península y el istmo de Carelia, a cambio de otras áreas menos valiosas. Finlandia, comprometida con su soberanía, rechazó estas demandas, lo que llevó a la invasión soviética.
Finlandia resistió ferozmente. Aunque perdió territorio en el Tratado de Moscú de 1940, su resistencia fortaleció su identidad nacional y ganó la admiración internacional.
Construcción del Estado y relaciones exteriores
En 1919, Finlandia adoptó una constitución republicana que sentó las bases de su democracia. Sin embargo, las tensiones entre izquierda y derecha siguieron presentes durante años. En el plano internacional, buscó reconocimiento y estabilidad, logrando ingresar en la Liga de las Naciones y firmar el Tratado de Tartu con la Rusia soviética, que fijó sus fronteras. Aun así, la sombra de su poderoso vecino nunca dejó de pesar.
De la agricultura a la modernización
La independencia también significó tomar las riendas de la economía. Predominaba aún una base agrícola, pero poco a poco surgieron industrias clave, sobre todo en el sector forestal. Aunque el periodo inicial fue conservador, con el tiempo se introdujeron reformas sociales y educativas que prepararon el terreno para el estado de bienestar que más tarde distinguiría a Finlandia.
Conclusión
En definitiva, la independencia trajo consigo conflictos y sufrimiento en sus primeros años, pero también la posibilidad de construir un país democrático, moderno y orgullosamente autónomo. Hoy, aquel 6 de diciembre de 1917 no solo se recuerda como un hito político, sino como el inicio de un camino que permitió a Finlandia convertirse en uno de los estados más estables y prósperos de Europa.
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