Descubrimientos

Hallazgo monumental: encuentran el primer silbato conocido en el Antiguo Egipto, y lo datan en 3300 años

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Silbato egipcio. Foto: Michelle Langley
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

La egiptología suele centrar su mirada en pirámides colosales, templos y tesoros funerarios. Sin embargo, en ocasiones, los objetos más modestos revelan datos inesperados de la vida cotidiana y de las estructuras sociales que sostenían aquella civilización.

Un pequeño artefacto que se ha convertido en un descubrimiento sin precedentes: el primer silbato identificado en el Antiguo Egipto, con una antigüedad estimada de 3.300 años. El estudio fue publicado en la revista International Journal of Osteoarchaeology.

El primer silbato de hueso en el Antiguo Egipto: un hallazgo único

La pieza, fabricada a partir de un hueso de vaca, fue encontrada en 2008 en Amarna (la capital que fundó el faraón Akenatón), aunque su verdadero significado se descifró mucho después.

Un equipo de la Universidad Griffith y de Cambridge analizó el objeto y comprobó que se trataba de un silbato funcional. Para validar la hipótesis, los especialistas elaboraron réplicas con hueso fresco, logrando producir sonidos claros y consistentes.

Este hallazgo constituye la primera evidencia material de un dispositivo acústico utilizado en tareas de vigilancia en el Egipto faraónico.

Vigilancia en Amarna: el silbato de los guardias de las tumbas reales

El contexto en el que apareció la pieza es clave para comprender su función. El silbato se localizó en Stone Village, un asentamiento cercano al Workmen’s Village, donde residían trabajadores relacionados con las tumbas reales.

Allí, los arqueólogos identificaron un edificio interpretado como un puesto de control. De acuerdo con National Geographic, la ubicación refuerza la hipótesis de que el silbato era empleado por un guardia para regular accesos a zonas restringidas.

Estos espacios incluían tumbas reales consideradas portales sagrados hacia el más allá, cuya custodia era vital tanto desde el punto de vista religioso como político.

Langley subrayó que el área estaba «fuertemente vigilada para que la ubicación de la tumba fuera conocida y sólo accesible a quienes tuvieran autorización». En este contexto, el silbato habría servido como herramienta discreta de comunicación entre los vigilantes.

Los Medjay: la fuerza policial que protegía el Antiguo Egipto

La investigación también conecta el hallazgo con los Medjay, un cuerpo de élite que funcionaba como una especie de policía en el Nuevo Reino. Estos grupos, originalmente procedentes del desierto oriental, fueron integrados en la administración faraónica para proteger palacios, templos y tumbas.

Las representaciones en la tumba de Mahu, jefe de policía de Amarna, muestran guardias en puestos de control y escenas de arrestos, lo que refuerza la interpretación de que el silbato era parte de las herramientas de trabajo de estos agentes.

Este pequeño artefacto de apenas seis centímetros demuestra que la monumentalidad del Egipto faraónico se sostenía en mecanismos de control social y vigilancia mucho más terrenales.

El hallazgo evitó que un objeto en apariencia insignificante quedara en el olvido y, además, permite mirar al Antiguo Egipto desde una perspectiva más humana, cercana a la vida cotidiana de quienes habitaban bajo la grandeza de templos y pirámides.

Los guardianes garantizaban que los rituales se realizaran correctamente y que lo sagrado permaneciera protegido de quienes no tenían permiso para acercarse.

Durante el Nuevo Reino, en una época de templos imponentes y tumbas majestuosas, desempeñaban un papel esencial, aunque rara vez se les mencione.

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