En los años 90 no faltaban en ninguna mesa de Navidad: hoy apenas se ven en España y muchos niños ni las conocen
La Navidad es esa época de apertura, alegría y reuniones familiares, y en el centro de toda la celebración está la mesa. Entre langostinos, embutidos o pequeños aperitivos también aparecen los dulces. Están los turrones, los polvorones, los mantecados o los mazapanes de siempre. Pero hay un dulce más pequeño que en los 90 era casi obligatorio y que hoy apenas aparece en las tradicionales bandejas de postres y sobremesas.
Este dulce es crujiente, diferente y muy adictivo, por eso cuesta entender por qué ha ido desapareciendo de tantas mesas de Navidad.
Este es el dulce que en los años 90 no faltaba en Navidad pero que hoy se ve cada vez menos en España
El dulce que siempre estaba en una mesa de Navidad, pero que hoy en día casi ni se menciona, son las peladillas. Estas no llamaban la atención, pero siempre estaban ahí, al lado de un cuenco pequeño al lado del turrón duro o algún puñado mezclado con piñones azucarados.
Las peladillas son muy simples: almendra, azúcar y, en algunas recetas, un toque de almidón. Al comerlas no caía solo una, sino que cuando se empezaba al menos se rebajaba una buena cantidad del cuenco, algo un poco adictivo.
Durante décadas nunca faltaban, pero puede que la llegada de otros dulces más novedosos, como los surtidos de chocolatinas o bombones, les haya quitado espacio, dejándolas como un recuerdo sabroso.
Cómo se hacen las peladillas, el dulce típico de la Navidad de los 90
Prepararlas en casa exige algo de paciencia, pero el resultado vale la pena.
Ingredientes:
- 1 kg de almendras peladas, mejor si son Marcona.
- 1 kg de azúcar.
- 100 ml de agua.
- Un toque de canela o vainilla.
Utensilios:
- Sartén o cacerola de fondo grueso.
- Cuchara de madera.
- Papel vegetal.
Preparación:
- Tuesta ligeramente las almendras y déjalas enfriar.
- Pon el agua, el azúcar y la canela en la sartén. Calienta hasta que hierva.
- Cuando el jarabe espese, añade las almendras y remueve sin parar.
- El azúcar se volverá arenoso y se pegará poco a poco. Mantén el movimiento.
- Sube un poco el fuego para que el azúcar se funda y forme la capa dura.
- Pásalas al papel vegetal y sepáralas antes de que se enfríen del todo.
Si no hay tiempo para hacerlas en casa siempre se pueden comprar y guardar para la noche, algo que seguro traerá buenos recuerdos para los más nostálgicos.
Por qué las almendras Marcona funcionan mejor en este dulce típico de la Navidad de los 90
La elección de la almendra cambia por completo el resultado, y la Marcona siempre es la favorita. Esta tiene un sabor más dulce y suave, sin rastro de amargor, y una forma redonda y carnosa que ayuda a que el recubrimiento de azúcar quede uniforme. Esa combinación hace que el bocado sea más equilibrado y que la peladilla mantenga ese punto crujiente por fuera y más tierno por dentro.
Su contenido graso también juega a favor. La Marcona es más «mantecosa» y aporta una textura distinta, más agradable, incluso después del tostado y la capa dura de azúcar.
Por eso los artesanos la prefieren desde hace décadas: asegura una peladilla estable, sabrosa y con ese sabor limpio que muchos recuerdan de los 90
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