El PNV prioriza la financiación en la negociación de los Presupuestos con el PP

Iñigo Urkullu
El lehendakari, Iñigo Urkullu, en el Parlamento Vasco. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Las conversaciones entre PP y PNV para la negociación de los próximos Presupuestos avanzan.

Aunque los nacionalistas insisten en mostrar con gestos su desacuerdo con el Gobierno, como la ausencia esta semana de la Conferencia de Presidentes, existen contactos para recorrer el camino hacia la aprobación presupuestaria. Ese primer acercamiento se centra en la financiación y el Cupo vasco, en detrimento de otras reclamaciones históricas, como las 24 competencias del Estatuto de Gernika que el Gobierno vasco considera pendientes de transferir. Entre ellas, la política penitenciaria o la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, dos de los asuntos más sensibles en las relaciones con el Gobierno.

Aunque en las declaraciones públicas, los dirigentes nacionalistas insisten en que el Gobierno habrá de respetar la denominada «agenda vasca» si quiere que apoye las cuentas, la realidad es que la negociación avanzará en varios niveles, algunos más decisivos. Y a día de hoy, estos son, para el PNV, la negociación del Cupo, el impulso a inversiones-como el tren de alta velocidad-o la retirada de recursos contra leyes vascas.

Retirada de recursos

En este sentido, la disposición del Ejecutivo a un acuerdo sobre cuatro de las leyes vascas que el Ejecutivo del PP tiene recurridas ante el Constitucional-la de Instituciones Locales de Euskadi, la de Adicciones, la ley de reconocimiento y reparación de víctimas de vulneraciones de derechos humanos causadas por actuaciones de represión ilícita entre 1978 y 1999, y la ley de Iniciativa Legislativa Popular- que se plasmó el pasado diciembre en una primera reunión de la Comisión bilateral entre el Gobierno vasco y central, ha sido bien valorada por el gabinete de Urkullu.

El Ejecutivo vasco confía en la «voluntad política» del Gobierno español para llegar a un acuerdo de mayor alcance, lo que significará un paso decisivo para la aprobación de las cuentas. Lo que tienen claro que el Ejecutivo de Rajoy no consentirá es una negociación sobre las cárceles. El presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, ya advirtió hace unos días de que el Gobierno no consentiría esa clase de «mercadeo».

Existe además otro condicionante, y es que para Ciudadanos-pieza necesaria para la suma con el PNV-esa es una línea roja irrenunciable.  Rivera avisó la pasada semana al PP de que «si se le ocurre meter en la ecuación de los Presupuestos» a los presos de ETA, como «moneda de cambio», su partido no apoyará las cuentas.»Intercambiar cromos de presos de ETA por presupuestos es una irresponsabilidad», añadió el líder ‘naranja’.

El Gobierno vasco quiere tratar todas esas cuestiones en un próximo encuentro con Mariano Rajoy, aún sin fecha. El lehendakari, Íñigo Urkullu, se reunió este jueves con el nuevo delegado del Gobierno en el País vasco, Javier de Andrés, apenas tres días después del ‘desplante’ a la Conferencia de Presidentes.

En la conversación, cordial, Urkullu trasladó la disposición a «abrir la puerta al diálogo antes que la puerta de los tribunales», e instó a una nueva etapa en las relaciones entre ambos Ejecutivos basada en la «colaboración» y no en la «confrontación».  En la conversación, Urkullu insistió en la retirada de los recursos relacionados con la utilización del vasco por parte de los Ayuntamientos, ya objeto de acuerdo con el Gobierno de Rajoy.

Entre tanto, la intención del presidente es que las reuniones con los partidos se intensifiquen en la última semana de mes o primera de febrero, cuando espera presentar el borrador de Presupuestos e iniciar la tramitación parlamentaria.

Atraer al PSOE

Aunque, al menos a priori, la vía vasca- el acuerdo con C’s, PNV y los partidos canarios-es la que ofrecería más facilidades, el PP quiere atraerse al PSOE a la negociación. El elemento de presión está claro: la urgencia de que los socialistas puedan sacar adelante los Presupuestos de aquellas comunidades que gobiernan. Según cálculos de Hacienda, la ausencia de nuevos Presupuestos del Estado para 2017 puede restar unos 4.000 millones de euros de financiación a las comunidades autónomas al no actualizarse las entregas a cuenta que reciben.

El PSOE, entre tanto, insiste públicamente en que presentará una enmienda a la totalidad de las próximas cuentas. Una fórmula que el Gobierno podría superar con el apoyo de Ciudadanos, Coalición Canaria y PNV. En ese caso, en la votación en el Pleno se produciría un empate  entre ‘síes’ y ‘noes’ que podría deshacerse por el artículo 88 del Reglamento de la Cámara, que establece que, en ese caso, “se realizará una segunda y, si persistiese aquél, se  suspenderá la votación durante el plazo que estime razonable la Presidencia. Transcurrido el plazo, se repetirá la votación y, si de nuevo se produjese empate, se entenderá desechado el dictamen, artículo, enmienda, voto particular o proposición de que se trate”. Esto supone que, pasadas tres votaciones, la enmienda en cuestión quedaría sin efecto. 

En el PP no ven alejado que los socialistas acaben apoyando las Cuentas a cambio de una negociación flexible de enmiendas, que les permita incorporar parte de su programa y «vender» algunas iniciativas de calado, como ocurrió ya con el aumento del salario mínimo en el pacto del techo de gasto y los objetivos de déficit.

 

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