PERSECUCIÓN RELIGIOSA EN LA SEGUNDA REPÚBLICA

López Teulón: «Las dos coronas robadas de la Virgen del Sagrario aparecieron en la casa de Negrín»

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Luis Balcarce

Las dos coronas imperiales de la Virgen del Sagrario de incalculable valor estuvieron a punto de desaparecer en la fantasmagórica España de la Segunda República. Una de ellas, hecha en 1926, estaba fabricada en oro y platino y adornada por 170 brillantes, 10.451 rosas, 99 esmeraldas, 3.015 zafiros, 3.687 rubíes y 53 perlas, y se trataba de uno de los mejores trabajos de orfebrería del siglo XX en España. Como recuerda el sacerdote Jorge López Teulón, autor de Inspirados por Satanás (Editorial San Román) «las dos coronas robadas de la Virgen del Sagrario aparecieron en la casa del socialista Juan Negrín».

En septiembre de 1936, el Frente Popular a los mandos del socialista Francisco Largo Caballero ordena la inmediata incautación del Tesoro íntegro de la Catedral de Toledo para su traslado a Madrid, a los sótanos del Banco de España. José María Arenzana, en Sevilla info, lo detalla así:

«Elaboran en dos folios un reducido inventario para el primer envío que consta de 61 objetos: broches, cálices, copones, superhumerales, esmeraldas, diamantes, una bandeja con “El rapto de las Sabinas” de Benvenuto Cellini, el San Francisco de Pedro de Mena, un Lignum crucis, pectorales, el copón de Cisneros, anillos, cruces, portapaces, además de las coronas y los mantos de la Virgen del Sagrario, entre ellos el llamado de las 50.000 o las 80.000 perlas. 18 kilos del primer oro que vino de las Indias, 183 kilos de plata sobredorada, 5.600 piezas, 12.500 tornillos, 260 estatuillas, 2,5 metros de altura, casi 18 arrobas de peso, esmeraldas de Colombia, zafiros de Ceilán y un bosque prodigioso de filigranas, pináculos, columnas y doselillos para una de las grandes joyas de la Historia mundial de la orfebrería».

Las otras grandes piezas saqueadas en aquel Tesoro catedralicio eran los mantos y las dos coronas de la Virgen del Sagrario, que viajaron escondidas junto a miles de cuadros, esculturas y joyas de todo tipo extraídas de los museos y catedrales de media España. El 20 de agosto de 1939, cinco meses después de concluida la contienda, apareció por sorpresa una caja escondida en el Castillo de Pedralbes donde vivió el socialista Juan Negrín que contenía las dos coronas de la Virgen del Sagrario, una del siglo XV y la otra de 1926, cubiertas de harapos.

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