Euforia en el PSOE tras el ‘no’ de Errejón a Iglesias: «Es su final»
En el PSOE no esconden su satisfacción por el rechazo de Iñigo Errejón a presentarse conjuntamente con Pablo Iglesias
Anoche, en una entrevista televisiva, el vicepresidente-candidato Pablo Iglesias exigía a su ex compañero de partido Iñigo Errejón «dejar atrás el rencor» para configurar una candidatura conjunta de cara a las elecciones madrileñas del 4 de mayo. Ni 24 horas ha tardado el líder de Más País y Más Madrid en responder: «No». Una respuesta que celebran con euforia en la sede federal del PSOE y que resumen con un escueto: «Es su final». Se refieren a la carrera política del todavía ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 y líder de Podemos.
Durante la tarde de ayer, tras el anuncio de Iglesias de dejar el Gobierno para encabezar la lista morada a la Comunidad de Madrid, en Ferraz había miedo a que este movimiento se pudiera convertir en un chantaje tras las elecciones. Una candidatura conjunta de las dos fuerzas nacidas tras el 15-M podía superar en votos y escaños a la del socialista Ángel Gabilondo. O quedarse muy cerca de ella. Fuera cual fuera el escenario tras los comicios, los socialistas sospechan que Iglesias pudiera chantajearles con hacerle presidente de la Comunidad a cambio de no romper el pacto en La Moncloa.
El rechazo del que fuera número dos de Podemos a concurrir conjuntamente con su ex formación a las elecciones regionales del 4 de mayo ha dado un respiro a un PSOE de Madrid que todavía se recupera del batacazo que supuso la convocatoria electoral anticipada por parte de Isabel Díaz Ayuso. Con las dos candidaturas por separado, Gabilondo continuará siendo la referencia de la izquierda. Iglesias, sin embargo, se tendrá que conformar casi con toda probabilidad con ser el jefe de filas del quinto partido de la Asamblea de Madrid. Es el mejor escenario para Pedro Sánchez, aseguran en su entorno, que un mal resultado del todavía vicepresidente le debilita a él y refuerza al jefe del Ejecutivo.
En el PSOE no esconden su satisfacción por el paso dado por el secretario general de Podemos. No les ha gustado las formas, ni el momento, ni la manera de comunicarlo… pero «nos quitamos un peso de encima» aseguran. En Ferraz hace meses que estaban «hartos» de la actitud del vicepresidente segundo del Gobierno. Su marcha voluntaria para tratar de salvar los muebles de su partido en Madrid es un «alivio» para varios ministros y para el propio presidente, que consideraban la situación «insostenible». Y es que para Sánchez, que no quería romper el acuerdo, su marcha le permite reorganizar el gabinete, tener de vicepresidenta segunda a una persona más cercana y sobretodo no tener que convivir con el líder de otra formación.
Si los pronósticos electorales y las previsiones de los estrategas monclovitas se cumplen, y Pablo Iglesias no consigue nada más que frenar el batacazo que se podría haber dado Podemos en Madrid, como ya le ocurrió en Galicia, en el PSOE ven más pronto que tarde unas elecciones generales. Si bien hasta ahora el calendario que manejaban en Moncloa y en la sede socialista era el de adelantar los comicios a la primavera del 2022, con unos socios descabezados, Ciudadanos inmersos en una crisis profunda y el PP casi obligado a entenderse con Vox para seguir gobernando en distintos territorios, a Sánchez se le pone todo de cara para pulsar el botón nuclear. Un movimiento para recuperar el voto de centro naranja y el de la izquierda morado, con el fin de situarse cerca de los 150 escaños que le permitan gobernar con geometría variable.