Comisión del CNI

El CNI retrasó la Comisión de Inteligencia para evitar que Iglesias conociera el plan para 2021

CNI
Sánchez coló a Iglesias en la Comisión Delegada del Gobierno que controla al CNI a través de un decreto 'covid'.
Pelayo Barro

El ex vicepresidente del Gobierno y dimitido líder de Podemos, Pablo Iglesias, no llegó a sentarse cara a cara con el CNI ni alcanzó a conocer secretos de Estado. El servicio secreto fue dejando pasar plazos en la elaboración de la Directiva Anual de Inteligencia hasta que Moncloa finalmente no convocó la reunión en la que iba a estrenarse Iglesias.

«Me corresponde estar». Así zanjó Iglesias el debate sobre su acceso a la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia (CDGAI), que le proporcionó Pedro Sánchez vía Real Decreto. Un atajo que Moncloa coló subrepticiamente en la disposición final segunda de la declaración del primer estado de alarma y que ha sido denunciado por la oposición. El Tribunal Constitucional ya ha dictaminado que el nombramiento no se hizo conforme a la ley y lo ha tumbado.

Sin embargo, Iglesias no debutó ante el CNI. Así lo confirman a OKDIARIO fuentes de la inteligencia española, que advierten que esa comisión no se ha reunido desde 2019. Estaba previsto que volviera a hacerlo el pasado otoño, entre octubre y principios de noviembre, pero el servicio de inteligencia le trasladó al Gobierno la imposibilidad de hacerlo: la pandemia y el estado de alarma no habían permitido al centro trabajar en los informes técnicos sobre los que se basa la Directiva Anual de Inteligencia.

Esa fue la razón por la que Moncloa, antes de finalizar el año, decidió no convocar la reunión en la que se hubiese estrenado Iglesias. Entre la inteligencia española no recuerdan que haya pasado anteriormente y creen que pudo deberse a una estrategia para evitar compartir información con Iglesias.

Las líneas maestras del CNI

Ese documento contiene la guía de líneas maestras que han de regir sobre el trabajo de los espías españoles de cara al siguiente ejercicio (en este caso, el de 2021). Es decir, los objetivos que han de alcanzar según las metas que les ha marcado previamente el Gobierno y los distintos ministerios involucrados en la seguridad del Estado.

La elaboración de este documento-marco de carácter reservado, y al que sólo tienen acceso los miembros seleccionados del Consejo de Ministros, fue posponiéndose por diversas causas hasta que finalmente el Gobierno optó por no convocar la comisión de inteligencia en la que se iba a presentar el borrador. Ese era el momento en que Iglesias iba a debutar en dicho organismo, al que tan sólo acude un representante del CNI.

Evitar informar a Iglesias

Sin embargo, en el sector de la inteligencia ha sorprendido significativamente el hecho de que el CNI no haya cumplido esos plazos. No había pasado anteriormente, destacan. Por ello, se da abiertamente por sentado que el servicio de inteligencia tenía razones de peso para retrasar la presentación de ese borrador y evitar así dar cualquier tipo de información a Iglesias sobre sus objetivos estratégicos.

En el CNI, así como en otros servicios de información españoles que coordinan su trabajo con el de ‘La Casa’, se vio con suspicacia desde el primer momento la llegada de Iglesias a esta comisión. Especialmente por el hecho de que Sánchez le evitó al líder de Podemos pasar por el preceptivo examen de seguridad con el que la Oficina Nacional de Seguridad, un organismo perteneciente al CNI, valora individualmente a cada candidato que requiera acceder a información clasificada.

No cumplía los requisitos

Ese examen se le antojaba complejo de superar al ex vicepresidente segundo, en vista de las preguntas que contiene y las implicaciones que podrían conllevar sus respuestas. Tal y como contó OKDIARIO, el trámite obligaría a Iglesias a desvelar sus trabajos con Gobiernos como los de Venezuela, Ecuador o Irán, así como los cobros recibidos por cualquiera de esas labores. Ese «Cuestionario Avanzado de Seguridad», que Iglesias se saltó, incluye preguntas sobre sus relaciones con «personas de países que no sean miembros de OTAN/UE  o con Gobierno/servicios de inteligencia europeos».

Tampoco sonó muy convincente el argumento del Gobierno para justificar la presencia de Iglesias en una comisión sobre amenazas a la seguridad del Estado. Según Moncloa, el vicepresidente de Derechos Sociales debía participar en esta entidad por los «riesgos sociales» que conlleva la pandemia. En cambio, en el CNI y en otras entidades del mismo negociado se ponía en duda que existiese esa ‘necesidad de conocer’ en Iglesias para acceder a información reservada. Requisito número uno de sus protocolos de seguridad.

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