El ‘chef’ Tezanos gastará 300.000 euros en una macroencuesta preelectoral del CIS para el 28A
Para esta macroencuesta el CIS tendrá que recuperar la llamada 'cocina' porque, además de dar datos de intención de voto de los encuestados, tendrá que ofrecer un cálculo de asignación de escaños a cada partido
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) está ya trabajando en una macroencuesta electoral con 16.800 entrevistas que, en contra de la práctica habitual de la etapa de José Félix Tezanos al frente de la institución, requerirá volver a la ‘cocina’ para poder calcular un reparto de escaños.
La realización de 16.800 entrevistas para el trabajo de campo, una tarea que ya se ha iniciado, supone quintuplicar las cifras habituales de los barómetros mensuales, que tras la llegada de Tezanos pasaron de 2.500 a 3.000 cuestionarios.
Además, y a diferencia de las encuestas telefónicas de empresas privadas, el CIS sólo realiza entrevistas personales con los encuestados en sus domicilios y completa cuestionarios de medio centenar de preguntas, lo que refuerza su valor sociológico. Una encuesta con esa muestra tan amplia y ese trabajo de campo tiene un coste de 300.000 euros.
Desde la llegada de Tezanos, el CIS decidió ofrecer los datos brutos de intención directa de voto que contestaban los encuestados y renunció a ofrecer una estimación de voto para calcular cuánto apoyo recabará cada partido.
Pero para esta macroencuesta el CIS tendrá que recuperar la llamada ‘cocina’ porque, además de dar datos de intención de voto de los encuestados, tendrá que ofrecer un cálculo de asignación de escaños a cada partido como es tradicional en este tipo de estudios preelectorales.
Es ahí donde se pueden producir errores, como ocurrió en la encuesta preelectoral de Andalucía, la última en la que el CIS de Tezanos tuvo que hacer pronósticos de reparto de escaños. En el instituto público son conscientes de que en esta etapa se les ‘mira con lupa’ y se defienden insistiendo en que el electorado es hoy muy volátil, tarda en decidir su voto hasta el último momento, y desde el fin del bipartidismo en 2015 no se ha dado con una fórmula sociológica de ‘cocina’ que permita ajustar bien estos cálculos.
Además, y aunque la prohibición de publicar encuestas se limita a los cinco días previos a la jornada electoral, la tradición es que el CIS haga pública su encuesta antes de que arranque la campaña electoral, en este caso el 12 de abril, mientras que las encuestadoras privadas seguirán presentando trabajos.