Los Mossos iban a eliminar sus archivos sobre mezquitas radicales antes de activarse el 155

Ripoll
Fachada de la mezquita Annour de Ripoll, (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

Los Mossos pretendieron eliminar sus archivos sobre mezquitas radicales antes de la entrada del 155. Igualmente pretendían acabar con los informes que elaboraron con seguimientos “a personas de raza árabe”. Su intención era eliminar esos archivos antes de la entrada del 155 y del conocimiento por parte de las autoridades nacionales de todo el material y de las actuaciones que desarrollaba este cuerpo autonómico de policía.

Las cajas incluidas en las furgonetas que se dirigían a la incineradora para ser eliminadas el 26 de octubre incluían numerosos archivos como el que hoy muestra OKDIARIO. Documentos todos ellos con inscripciones relativas a “personas de raza árabe”, a “seguimientos” de este tipo de personas y a controles de “discursos en mezquitas”.

Todo ello formaba parte de las actuaciones de investigación de los Mossos a grupos radicales islamistas en busca de centros de contacto de los yihadistas o de lugares de adoctrinamiento para la captación y formación de futuros terroristas como los que perpetraron los atentados de Barcelona y Cambrils. Y todo ello se dirigía camino de la incineradora por orden directa de los mandos de los Mossos.

No se trata del único material relacionado con terroristas yihadistas que los Mossos querían borrar del mapa. Los Mossos pretendían destruir igualmente la investigación sobre los autores de los atentados de Charlie Hebdo. Otro de los archivos que los agentes autonómicos enviaron a la incineradora era el seguimiento e investigación que llevaron a cabo ellos mismos tras el atentado yihadista perpetrado en enero 2015 y cuyo dosier fue cerrado el mes siguiente, tal y como figura en la documentación incautada por la Policía Nacional.

La importancia de esta investigación puede ser muy elevada. Y es que uno de los puntos que quedó claro tras los atentados de Charlie Hebdo es que al menos dos de los yihadistas realizaron una escala previa en España. Además, una parte de los asesinos de La Rambla, de nuevo, viajaron a París en los días previos a los atentados en Cataluña.

La investigación sobre el ataque a Charlie Hebdo, además, fue solicitada por los sistemas de coordinación policial europeos. Pese a lo cual, como ha podido comprobar este diario, sus respectivos archivos se encontraban dentro de un bloque de “10 dosieres de temas islámicos”, en una de las cajas que se dirigía el 26 de octubre camino de la incineradora para evitar que fuesen encontrados por las autoridades españolas tras tomar el control de la Administración catalana gracias al 155.

“Informe de las gestiones realizadas por la AINF de la Comisaría General de Información de Mossos D’Esquadra en relación al atentado producido en Francia contra la revista Charlie Hebdo de febrero de 2015”, señala el título del archivo.

La Audiencia Nacional abrió tras los atentados de forma inmediata una investigación por colaboración con organización terrorista a causa de la visita a España del terrorista muerto en Francia Amedy Coulibaly. La investigación alcanzó a su mujer y a una tercera persona que podría haberla ayudado a llegar a Siria. El juez encargado del asunto fue Eloy Velasco. 
Coulibaly fue el terrorista que mató a una agente municipal y a cuatro personas en un supermercado judío de París.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad españolas, además, mostraron de inmediato su colaboración y trasladaron a los investigadores franceses el registro de llamadas que realizó con su teléfono móvil durante los tres días que estuvo en España. Un dato que confirmó que Coulibaly estuvo en España con su mujer tres días.

Además, tras los atentados de Barcelona y Cambrils, se pudo comprobar que al menos dos de los terroristas, incluido el autor del atropello en La Rambla, Younes Abouyaaqoub, viajaron el fin de semana anterior a los ataques, el del 12 y 13 de agosto, a París, donde pasaron una noche antes de regresar a España. Francia confirmó en aquel momento que el Audi A3 usado en el ataque de Cambrils había sido captado por un radar en Esonne, a unos 50 kilómetros de París, que lo fotografió por un exceso de velocidad el 12 de agosto. La duda que surgió entonces fue, únicamente, si el vehículo estaba de viaje hacia otro país, previsiblemente Bélgica, donde se había localizado ya una pista sobre el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, o si se trataba de un viaje específico a Francia.

Por otro lado, los Mossos pretendían destruir también en la incineradora dosieres sobre yihadistas elaborados en los meses previos al atentado de La Rambla. Los atentados de Barcelona y Cambrils se perpetraron por los terroristas yihadistas el 17 de agosto. Y los Mossos querían eliminar, tras el 1-O, numerosos dosieres de investigación a radicales musulmanes recabados en los meses de junio y julio en Cataluña, justo los meses inmediatamente anteriores a los ataques.

Dosieres que la propia Policía ha calificado de “información relevante”, según muestran los documentos interceptados por la Policía Nacional en las furgonetas que pretendían eliminar documentación el 26 de octubre.
Las anotaciones detallando documentos de investigación de los Mossos a grupos yihadistas son interminables en el informe de la Policía. Entre la documentación a la que ha tenido acceso este diario se pueden leer inscripciones como las siguientes: “10 dosieres de temas islámicos”; otros “10 dosieres y 3 hojas más relacionadas con el yihadismo”; o “Informe de actividad y labor investigadora relacionadas con el yihadismo”. Anotaciones que aparecen repetidas en diversas cajas y que revelan el volumen de información sobre grupos yihadistas que los Mossos pretendían hacer desaparecer.

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