¿De verdad tiene que pasar esto la primera semana de agosto?
Está claro que ni los bancos centrales ni los dirigentes mundiales respetan el mes de agosto. Afortunadamente, sigo en la oficina hasta después de la Asunción de la Virgen para contarlo todo, minuto a minuto si fuera necesario, a mis clientes y a mis lectores….
Todo empezó con la reunión de la Fed del pasado miércoles 31 con la primera bajada de tipos de interés desde la reducción brutal de tipos a casi cero de 2008. A diferencia de los recortes de entonces cuya intención era rescatar una economía en caída libre, el movimiento del miércoles fue más preventivo, para proteger EEUU de una bajada de crecimiento de China y Europa ante la incertidumbre de la guerra comercial. Bajada de 25 pbs y ya está.
Sin embargo, tanto el mercado como Trump estaban esperando una indicación del inicio de un ciclo de recortes de tipos de interés más agresivos los próximos meses, cosa que no se produjo y provocó que ese día el S&P 500 cerrara con una caída del 1,1%, la mayor caída desde el 31 de mayo. El Sr. Powell indicó que no iba a ser un recorte de una larga serie de recortes a futuro, sino que es un recorte para ajustar a un nivel de tipos más acomodaticio a largo plazo.
Simultáneamente, Boris Johnson nos deleita con su plan inamovible de ejecutar el Brexit sin acuerdo, sí o sí, el 31 de octubre, provocando la alarma de la economía británico y la consecuente caída de la libra esterlina hasta niveles de 1,085, acercándose a los mínimos históricos de 2017, que fueron de 1,0790. Hasta el Banco de Inglaterra se ha pronunciado respecto a esta posibilidad, contra la que ha alertado de los efectos que provocaría en la economía inglesa, además de la subida de precios y la caída de la divisa.
No satisfecho con el panorama, Trump anuncia el pasado viernes 2 de agosto que impondría una tarifa del 10% en bienes chinos valorados en USD 300Bn, escalando la guerra comercial a otro nivel a la vez que amenaza con esta acción a las perspectivas de la economía mundial. Como consecuencia, no sólo cayeron fuertemente los mercados, sino que el Yuan cayó por debajo del nivel de 7 contra el USD, nivel que no se había alcanzado desde la crisis del 2008.
La realidad es que no parece que sea el gobierno chino el que haya provocado esta caída de la divisa, si no que realmente parece consecuencia de ventas de pánico de la divisa o, por lo menos, es lo que el ayer martes declaró el gobierno chino en respuesta a la acusación de Trump de ser un “manipulador de divisas». La debilidad del Yuan, ocasionó a su vez la caída de las demás divisas asiáticas, además del dólar australiano, que es un indicador bastante fiable del riesgo de los países emergentes y China.
Las consecuencias se han dejado ver de forma agresiva en los mercados de renta variable hasta hoy. Hasta dónde puede llegar la corrección, es difícil de prever, pero no hay muchas razones para apostar por la vuelta a máximos del S&P500, por lo menos a corto plazo.