MEI

Si cobras 30.000 euros en España vas a tener que dar 270 euros al MEI

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Blanca Espada

Si estás trabajando y todavía te quedan años para jubilarte, puede que no pienses demasiado en la pensión o que incluso creas que todo lo que se dice sobre el sistema de pensiones es algo lejano. Sin embargo, sabes que ya estás contribuyendo a su financiación a través de tu nómina. No sólo porque tus cotizaciones sirven para pagar las pensiones actuales, sino porque cada mes se aplica una cotización adicional conocida como MEI, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional. Este recargo, que subirá a partir de 2026, supondrá que si por ejemplo tienes un salario bruto de 30.000 euros se genere una aportación total de unos 270 euros al año, entre lo que aporta la empresa y lo que aportas tú como trabajador.

En realidad, el MEI no distingue entre sueldos altos o bajos. Se aplica sobre la base de cotización y afecta tanto a trabajadores como a empresas, aunque el mayor esfuerzo recae en estas últimas. El objetivo es reforzar la financiación del sistema público de pensiones en un momento especialmente delicado, con una población cada vez más envejecida y un gasto creciente que ya no se cubre solo con las cotizaciones actuales. Por ello es importante saber cuánto sube este próximo año y si eres de los que ya gana 30.000 euros, saber qué parte debes aportar tú y qué cantidad aportará tu empresa para los 270 euros anuales que se van a descontar.

Qué es el Mecanismo de Equidad Intergeneracional y por qué existe

El MEI se aprobó como una herramienta para reforzar la financiación de las pensiones en un momento clave. La situación de España es delicada ya que es un país que de forma progresiva comienza a enfrentarse a las jubilaciones de la llamada generación del baby boom, un proceso que comenzó en 2023 y que se extenderá, al menos, hasta bien entrada la década de 2040. Son millones de personas que acceden a la jubilación con carreras de cotización largas y pensiones medias más elevadas que las de generaciones anteriores.

Este cambio demográfico tiene un impacto directo en las cuentas de la Seguridad Social. Los nuevos jubilados están accediendo a pensiones que rozan los 1.700 euros mensuales de media, una cifra que incrementa de forma notable el gasto estructural del sistema. Al mismo tiempo, la base de cotizantes no crece al mismo ritmo, lo que obliga a buscar fórmulas adicionales de financiación.

Y en este contexto, aparece el MEI que no funciona como ahorro o como una nueva hucha de las pensiones. En realidad, se trata de una cotización adicional que va directamente a una caja común para sostener el pago de las pensiones actuales. De hecho, una parte relevante de estas pensiones ya no se cubre exclusivamente con cotizaciones sociales, sino con transferencias directas del Estado.

Cuánto sube el MEI a partir de 2026

El recargo del MEI ya figura en las nóminas desde hace tiempo, pero su cuantía va aumentando de manera gradual cada año. A partir del 1 de enero de 2026, el tipo pasará del 0,8% actual al 0,90% sobre la base de cotización. Este incremento no se aplicará de golpe, sino que continuará subiendo cada año hasta alcanzar el 1,20% en 2029.

El reparto del esfuerzo no es equitativo entre trabajador y empresa. La mayor carga recae sobre el empleador, que asumirá un 0,75%, mientras que el trabajador aportará el 0,15% restante. Es una proporción que se mantendrá en los próximos ejercicios, aunque con tipos más elevados. En términos prácticos, el impacto para el trabajador es limitado mes a mes, pero acumulado a lo largo del año sí se deja notar cuando se observan las cifras globales.

El ejemplo de un salario de 30.000 euros

Para entender mejor el efecto real del MEI, basta con poner un ejemplo concreto. Un trabajador con un salario bruto anual de 30.000 euros deberá aportar 270 euros al año a este mecanismo a partir de 2026. De esa cantidad, 225 euros correrán a cargo de la empresa y 45 euros los asumirá directamente el trabajador.

De este modo, en la nómina mensual, el trabajador verá un descuento ligeramente superior a los tres euros. Una cifra que, aislada, puede pasar casi desapercibida, pero que forma parte de una suma de pequeños ajustes que, año tras año, van elevando la carga sobre el empleo. Para las empresas, el impacto es distinto. Aunque el importe por trabajador pueda parecer reducido, en compañías con plantillas amplias supone un aumento relevante del coste laboral, que se añade a otros incrementos ya existentes en cotizaciones y salarios.

Un sistema bajo presión creciente

La subida del MEI llega en un momento en el que el sistema de pensiones depende cada vez más del apoyo del Estado. Actualmente, cerca de un tercio del gasto en pensiones se financia mediante transferencias públicas, no sólo con las cotizaciones de trabajadores y empresas. Esta situación evidencia que el modelo actual tiene dificultades para sostenerse únicamente con los ingresos tradicionales. A ello se suma un contexto general de aumento de la presión fiscal y de los costes laborales en España, que crecen a un ritmo superior al de muchos países de su entorno. Para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, cada incremento adicional supone un reto a la hora de mantener márgenes y empleo.

El MEI se presenta como una solución técnica y gradual para afrontar un problema estructural, pero también abre el debate sobre hasta qué punto estas medidas serán suficientes a largo plazo. Por ahora, lo que está claro es que, a partir de 2026, cobrar 30.000 euros en España implicará contribuir con 270 euros más al año para sostener un sistema de pensiones cada vez más exigente.

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