Salga de setas o a invertir sus ahorros vaya bien asesorado
Hay que atender al termómetro de Italia para definir la estrategia de inversión
Los bancos no han hecho más que caer en Bolsa
Señalaba el famoso novelista francés, Tristán Bernard que “Los amores son como las setas, que uno no sabe si son venenosas hasta que ya las ha comido y es demasiado tarde”.
Y es que con la llegada del otoño, y tras las primeras lluvias, se da inicio a la temporada de setas en la que muchos amantes de esta preciada “carne vegetal” salen por nuestros campos en busca de la misma. Presumiblemente, en su recorrido micológico, buscarán níscalos, setas de cardo, mascarones, amanitas caesarea, trompeta de los muertos, etc. Ahora bien, salir a coger setas y hongos requiere conocer una serie de normas básicas que no sólo nos hagan respetar el medio ambiente sino que, en paralelo, eviten que recolectemos especies venenosas por muy llamativas que estas sean, tanto en forma como en color.
Conocer bien el terreno que se pisa, estar concentrado, gestionar bien las emociones o encontrarse bien asesorado, ya se vaya a setas o a los mercados financieros a decidir dónde invertir nuestros ahorros, nos va a evitar muchos disgustos.
Y hablando de disgustos, comentemos alguno que trae de cabeza a más de un ahorrador español en este año:
El primero de ellos podría ser el pésimo resultado que están logrando los fondos que invierten en deuda europea. Muchos ciudadanos, a tenor de la baja o nula rentabilidad ofrecida por los depósitos bancarios, optaron por pasar parte de sus ahorros desde los mismos a fondos “puros” de renta fija o a mixtos defensivos en búsqueda de una rentabilidad que superara, al menos, la inflación de nuestro país. Pero, con el cambio, ¿logran este objetivo?. Pues la verdad es que no, no lo están consiguiendo.
Y esto se debe, por un lado, a la baja rentabilidad que ofrece la deuda europea por culpa de la llamada represión financiera (que en algunos activos incluso se ha llegado a pagar por prestar dinero al emisor de la deuda…¡una verdadera locura!) y, por otro lado, a las tensiones que está soportando la renta fija europea por la desaceleración económica de la eurozona o por la crisis presupuestaria italiana que implica subidas de la famosa “prima de riesgo”. Todo esto ha llevado a que los fondos y planes de pensiones de renta fija acumulen este año una rentabilidad negativa y, con ello, una gran decepción por parte de muchos ahorradores de nuestro país. Y esto, créanme, era evitable si un inversor hubiera estado correctamente asesorado.
Por allá por el segundo trimestre del año 2015, y en el transcurso de varias presentaciones de mercados financieros que hice por distintas ciudades españolas, ya advertía que los mercados de deuda en Europa empezaban a comportarse como toros resabiaos. En el argot taurino se dice que cuando un toro ya ha sido previamente toreado antes de salir a la plaza, su lidia –el día de la corrida– es peligroso pues la probabilidad de enganchar al matador aumenta considerablemente. Y a eso me refería entonces cuando decía que los mercados de deuda se mostraban como toros resabiaos pues al final, tras el buen comportamiento de años de bajada de los tipos de interés, ya había poco qué “rascar” y, a la larga, haría perder dinero a los ahorradores que apostaran parte de sus finanzas a los mismos.
Aunque algo tarde, aún está a tiempo de corregir esta situación si se encuentra dentro del grupo de ahorradores invertido en fondos o planes de deuda europea. ¿Cómo hacerlo?, pues invirtiendo en determinados fondos de renta fija “especiales” que, por su estilo de gestión, sí están logrando defenderse y aportar algo de rentabilidad positiva. Por supuesto, también apoyándose en determinados fondos con vocación de retorno absoluto y, por último, no olvidando algo importante; la liquidez es un activo más… Como decía en el pasado artículo del blog Flecha Amarilla: esta es un “tesoro” en momentos de volatilidad e incertidumbre.
Recuerden lo que en este mismo blog, semanas atrás, también apuntaba en relación a que los tipos de interés sí importan. Por ello, vuelvo a reiterar mi aconsejo de extremar la prudencia con la inversión en activos de renta fija.
Por otro lado – y siendo otro motivo de disgusto y preocupación- podríamos señalar el caso de aquellos inversores que, invirtiendo en mercados de bolsa, han dado mucha más importancia en sus cartera a la renta variable europea frente a la estadounidense. Y claro, esta decisión supone un resultado bien diferente.
Detrás de esta divergencia no sólo están motivos de crecimiento económico o del comportamiento de los resultados empresariales en uno u otro lado del Atlántico. También han influido dos focos de tensión como han sido el mayor peso de los bancos en los índices de bolsa europeos y, por supuesto, el comportamiento de nuestros políticos europeos.
En el caso del sector bancario europeo, a pesar de las atractivas valoraciones del mismo, no ha hecho más que caer y caer con fuerza. Unas veces el problema ha estado en unos márgenes que no terminan de mejorar al ritmo deseado máxime con una BCE aplicando políticas monetarias aún acomodaticias. En otros, alguna controvertida decisión judicial y, por si fuera poco, porque al populismo político europeo le ha dado por achacar que este sector es el culpable de casi todos los males económicos y sociales de nuestra vieja Europa. Y es que, como bien saben ustedes, la política también importa…y mucho.
Creo que fue Albert Einstein quien, en una de sus múltiples fórmulas, dijo aquello de:
“Si A es el éxito en la vida, entonces A = X + Y + Z. Donde X es trabajo, Y es placer y Z es mantener la boca cerrada”.
¡Qué importante es tener, muchas veces, la boca callada! Sin embargo, muchos de nuestros políticos prefieren seguir lanzando opiniones – a modo de “globos sondas” – o tomar malas decisiones que torpedean el desarrollo económico de la Eurozona o de un país en concreto de la misma.
Días atrás, en una comida con unos importantes inversores institucionales, me llegaban a decir que aunque les parecía atractiva la Bolsa europea en su conjunto, por culpa de la política y de la inseguridad que ésta crea, preferían mantenerla infraponderada en sus posiciones de cartera. Y es que ya sabemos que donde hay ruido, el dinero suele alejarse por prudencia.
¿Y entonces qué hacemos ante la decepción que supone invertir en Bolsa europea o ante las últimas caídas que están sufriendo todos los mercados de acciones del mundo?. ¿Les decimos que vendan totalmente la renta variable que tiene en sus carteras?. Mi respuesta es lo dicho ya en otros momentos: es tiempo de mantener la calma, la coherencia y por supuesto la prudencia y, dado que el escenario central que sigo manejando es el de una economía mundial que aún crece (aunque sea a un ritmo algo menor de lo que venía siendo en los últimos trimestres), también propondría contar con cierto porcentaje de su patrimonio invertido en fondos de Bolsa, siempre que su perfil de riesgo así se lo permita.
Asimismo, aunque es cierto que por ahora, y a nivel geográfico, aconsejo seguir sobreponderando la Bolsa estadounidense por el propio dinamismo económico y de las empresas de este país, también se me viene ahora a la mente un poema del escritor argentino Leopoldo Lugones, “no temas al otoño, si ha venido. Aunque caiga la flor, queda la rama. La rama queda para hacer el nido”.
¿Y por qué les digo esto? Pues porque si al final las tensiones políticas en Europa pasan sin suponer la implosión del euro y en paralelo, la Eurozona no se adentra en una nueva recesión económica, mi consejo es que estén atentos a las oportunidades que van a surgir en compañías europeas. Es decir, atentos a esas “ramas” que quizás estén representadas, en forma figurada, por bancos u otros sectores que, tras las fuertes correcciones vividas, podrían ser una excelente oportunidad de inversión. Un buen termómetro de ese escenario será la prima de riesgo italiana. En caso de que éste sea el escenario, sería una gran oportunidad de fijarnos en modelos de negocios en los que el precio pagado sea menor que el valor de los mismos (presente y futuro). En definitiva, una buena forma de fijarnos en esos “ángeles caídos” de la gestión que siguen la filosofía “value investing” y cuyo comportamiento también está siendo otra decepción para muchos en este 2018.
Pero de esta filosofía de inversión hablaremos en este mismo blog otra semana pues creemos que, aunque les pese a más de uno, no creo que haya muerto. Es más, pienso que puede ser una clave importante de nuestra “hoja de ruta” futura capaz de aportarnos buenos resultados, pues no olviden lo que decía Warrent Buffet “La Bolsa es un mecanismo por el cual se transfiere dinero del impaciente al paciente”.
Reitero lo dicho, vaya de setas o a los mercados de capitales no se deje sólo influir por lo bonito que puedan parecer esos activos. Mejor vaya acompañado por un asesor experimentado pues, si éste es bueno, le permitirá llegar más lejos y se evitará cualquier tipo de intoxicación.
Temas:
- Bolsa
- Flecha amarilla