Inteligencia artificial frente al cisne negro Ever Given

El hecho de que un supercarguero quede atravesado en el Canal de Suez e interrumpa el tráfico marítimo en una ruta estratégica para toda Europa es absolutamente imprevisible. La economía mundial lleva más de una semana pendiente de cada detalle en cuanto a la situación del Ever Given, analizando posibles rutas alternativas – bien bordeando parte de África, hasta el Cabo de Buena Esperanza, bien la Ruta del Ártico- para intentar encontrar la respuesta más eficiente mientras se desbloqueaba el paso por el canal. Una vez que se ha logrado desencallar el supercarguero, aun serán necesarios unos días, de acuerdo con los datos facilitados por las autoridades egipcias, para restablecer la normalidad y deshacer el caos provocado por el incidente.

Cerca de un millón de contenedores han estado detenidos y serán distribuidos por los diferentes puertos europeos en los próximos días. A España se prevé que lleguen 65.000, según las previsiones de Puertos del Estado, y 25.000 de ellos lo harán al Puerto de Valencia que podría verse colapsado al recibir toda esa mercancía, además de los 15.000 que ya recepciona de media diariamente.

El Ever Given, el cisne negro

Por todas estas razones, podemos decir que nos encontramos ante un cisne negro: Sin duda se trata de un evento con un alto impacto a nivel mundial y que resultaba imposible de predecir (por la propia naturaleza estadística de las probabilidades pequeñas). Como los atentados del 11-S o como un meteorito que acabara de caer del cielo ante nuestras narices, el evento encaja perfectamente en la conocida teoría de Nassim Taleb.

Identificado el problema, toca pensar en la solución, que pasa por lograr la máxima flexibilidad en los activos existentes para hacer el mejor uso de los mismos e intentar que la interrupción de la vida cotidiana sea la menor posible, reduciendo las consecuencias del retraso tanto como podamos.

El cese y reinicio de la actividad puede tener un coste de millones de euros, puede incluso significar el cierre definitivo para algunos centros de producción

Por ejemplo, hay fábricas que si no reciben los suministros que viajan en esos contendores, tendrán que cerrar. El cese y reinicio de la actividad puede tener un coste de millones de euros, puede incluso significar el cierre definitivo para algunos centros de producción, después de un año como el que hemos vivido. Si tomamos otro supuesto, en el actual estado de emergencia sanitaria, el que los suministros médicos lleguen con días de retraso puede significar la pérdida de vidas humanas.

Por estas razones y lo que implican, es crucial agilizar y flexibilizar la cadena de suministro. Cualquier vida humana o puesto de trabajo vale mucho más que el simple impacto económico que podamos valorar del parón de un pallet durante 5 días en un muelle.

Inteligencia artificial

En este momento, España se prepara para recibir un alud de contenedores y la tecnología aplicada a la cadena de suministro permite saber con exactitud todos los barcos que van a ir llegando a la costa y asignarlos a los puertos donde se está registrando en cada momento menos sobrecarga, de forma que son capaces de absorber este exceso de mercancía.

La inteligencia artificial es capaz de atribuir los vehículos idóneos a cada servicio y redirigirlos, si procede, a puertos secundarios para contribuir a liberar el exceso de carga

Esa gestión más eficiente, unida a una buena planificación del transporte por carretera, donde la tecnología también es capaz de optimizar las rutas de los camiones, permitiendo más cargas al día, serviría para aliviar la tensión en los puertos. La inteligencia artificial es capaz de atribuir los vehículos idóneos a cada servicio y redirigirlos, si procede, a puertos secundarios para contribuir a liberar el exceso de carga que se ha generado.

Ese es el tipo de tecnología que aplica con éxito Ontruck, tanto en el ámbito de la paletería como en la gestión y optimización de rutas, vehículos y cargas. Se emplean distintos almacenes y una flota de más de 3.000 camiones, optimizando los recursos para absorber los picos y los valles que hay en este sector, que ya de por sí es altamente estacional.

Está claro que la tecnología no nos va a permitir predecir eventos como el que ha sucedido con el Ever Given. Son por su naturaleza impredecibles, cisnes negros. Lo que sí que se puede analizar y mejorar gracias a la tecnología es la respuesta que damos frente a lo inesperado, a la incertidumbre. Por eso es tan importante seguir invirtiendo en tecnología, trabajando en áreas como la inteligencia artificial y el machine learning con el objetivo de optimizar la cadena de suministro y el transporte, para dar cada vez mejores soluciones frente a estos cisnes negros que, inevitablemente, van a seguir apareciendo.