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Hacienda habilita las inspecciones fiscales por videoconferencia por si hay nuevos confinamientos

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En las últimas semanas probablemente ha utilizado plataformas como Zoom, Google Meet, Whatsapp o Skype para poder ver a sus familiares o hablar con su jefe, ya que el confinamiento le ha impedido visitar a sus seres queridos o ir a la oficina. Sin embargo, puede que en el futuro le toque conectarse online con una persona que quizás no es tanto de su agrado: el inspector de Hacienda.

Hacienda ha habilitado que las inspecciones fiscales a los contribuyentes se puedan hacer por videoconferencia. El Gobierno ha aprovechado el Real Decreto-ley 22/2020 publicado en el BOE este miércoles que crea el Fondo covid-19 para las comunidades autónomas, para incluir en la disposición final primera de la norma una modificación de la Ley General Tributaria para adaptar las actuaciones de la Agencia Tributaria a la nueva normalidad o a confinamientos futuros. Los fiscalistas explican que también puede ser una manera de evitar desplazamientos en el futuro.

Cualquier forma nueva para recaudar y vigilar a los contribuyentes será bienvenida para un Gobierno que se enfrentará -como pronostican los organismos internacionales y los principales servicios de estudios- a altos niveles de déficit y de endeudamiento en los próximos meses.

Hasta ahora el lugar de las actuaciones inspectoras podría desarrollarse en el domicilio fiscal del contribuyente -oficina o despacho-, en lugares donde existan pruebas de la actividad económica o en las oficinas de la Administración tributaria cuando los elementos sobre los que haya que realizar actuaciones pudieran ser examinados por los inspectores. A partir de ahora estas actuaciones también se podrán hacer por videoconferencia.

No obstante, si hasta el el momento la inspección puede personarse sin previa comunicación en las empresas, oficinas, dependencias, instalaciones o almacenes del contribuyentes -y lo podrá seguir haciendo-, en el caso de que una inspección o cualquier otra actuación se realice por videoconferencia será necesario el consentimiento del obligado tributario. Es decir, del inspeccionado. Al menos por ahora. La razón práctica: es imposible técnicamente por ahora que un inspector se conecte de improviso a la cámara de su ordenador para realizar su trabajo.

La modificación de la Ley está redactada de la siguiente forma: «Las actuaciones de la Administración y de los obligados tributarios en los procedimientos de aplicación de los tributos podrán realizarse a través de sistemas digitales que, mediante la videoconferencia u otro sistema similar, permitan la comunicación bidireccional y simultánea de imagen y sonido, la interacción visual, auditiva y verbal entre los obligados tributarios y el órgano actuante, y garanticen la transmisión y recepción seguras de los documentos que, en su caso, recojan el resultado de las actuaciones realizadas, asegurando su autoría, autenticidad e integridad».

Además se matiza que «la utilización de estos sistemas se producirá cuando lo determine la Administración Tributaria y requerirá la conformidad del obligado tributario en relación con su uso y con la fecha y hora de su desarrollo». Esto en cuanto a las actuaciones en los procesos de aplicación de tributos, aunque el apartado dos de la disposición final de la nueva norma extiende esta posibilidad a las inspecciones tributarias. También en este caso se «requerirá la conformidad del obligado tributario».

Desplome de los ingresos

Que Hacienda va a tener que buscar fórmulas originales para recaudar en el futuro lo demuestra el desplome que se está viendo en los ingresos tributarios, algo muy crítico cuando el Gobierno sigue sin apostar por la austeridad y ha aprobado grandes medidas de gasto como el ingreso mínimo vital, los ERTE o las prestaciones por cese de actividad. El problema de estas iniciativas es que no hay dinero en las arcas públicas para pagarlas, por lo que el Gobierno está engordando el déficit, lo que provocará de forma irremediable que se dispare la deuda.

La recaudación total del Estado se ha desplomado un 30,8% en abril en comparación con el mismo mes del año anterior. En el acumulado del año -teniendo en cuenta el desplome de los ingresos de enero a abril- la recaudación se ha hundido un 4,4%.

Las estadísticas de Hacienda muestran que el IVA se desplomó un 29,2% en abril -contando sólo con las operaciones interiores un 35%-; que el IRPF recaudaba un 13% menos y que el Impuesto sobre Sociedades metía en las arcas públicas un 69,5% menos que en el mismo mes del año anterior. Los impuestos especiales también han retrocedido un 7,7%, según las estadísticas del departamento que dirige María Jesús Montero. El problema es que el mes de mayo puede ser aún peor.

En términos acumulados, el IVA se hundió un 4,7% hasta abril, el Impuesto sobre Sociedades restan dinero a las arcas públicas por lo que no se puede hacer una comparación con el año anterior (-2.697 millones de euros). El IVA entre enero y abril sigue creciendo un 2,9% pese al hundimiento del mes de abril, una tendencia que desaparecerá conforme avance el año. Mientras tanto, el Ejecutivo sigue apostando por fuertes medidas de gasto público, que está desbocado.

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