Análisis

Dólar si o dólar no… esa es la cuestión

Prácticamente todo el mercado presenta expectativas bajistas para el dólar este año y, sin embargo, nos encontramos a principios de febrero habiendo recuperado los niveles de 1.1290. Después de anotar una subida del 4,5% en el año 2018, de momento, ya lleva un 1,5% arriba en 2019. 

La Fed mejora sus perspectivas de crecimiento e inflación pero descarta subidas de tipos hasta el 2023
La Fed mejora sus perspectivas de crecimiento e inflación pero descarta subidas de tipos hasta el 2023

Las razones que subyacen a esta opinión bajista sobre el dólar, derivan de los últimos comentarios de la Fed, en los que la Junta de Gobernadores dejó clara su determinación de mantener en suspenso su ciclo de endurecimiento a falta de un repunte significativo de la inflación en EEUU. Por el momento, la Fed ha descartado nuevas subidas de tipos de interés y, además, Jerome Powell, presidente de la Fed, manifestó que estarían dispuestos a ralentizar el ritmo de reducción de su balance, una afirmación contraria a la de hace algunos meses, cuando afirmaba que el programa proseguiría en “piloto automático».

En la presentación de resultados del 4º trimestre de empresas como Apple, Honeywell International o 3M, éstas dieron un mensaje unánime en relación a la divisa americana: el dólar fuerte había perjudicado el crecimiento de las ventas, y podía ser peor de cara a 2019, si seguía fortaleciéndose. El recorte de ventas por la apreciación del dólar ha afectado a muchas más compañías americanas, y les seguirá perjudicando si sigue subiendo en contra de las expectativas generales de que se debilite.

Las razones por la que una divisa incrementa su valor son de muy diversa índole, pero la diferencia de tipos de interés y la fortaleza de la economía son dos de los factores más importantes. La demanda de una divisa se ve incrementada cuando los inversores necesitan comprarla para adquirir activos denominados en esa divisa. En el caso concreto del dólar, con la subida de tipos de interés, los inversores han visto incrementado su interés por comprar bonos con rentabilidades más altas. En relación con el segundo factor, ha coincidido la subida de tipos de interés en EEUU con una ralentización de los datos de crecimiento en Europa y China, en contraposición a EEUU que ha crecido de forma más consistente. Ambos factores han contribuido a la apreciación del dólar.

Para el año 2019, parece que la escena podría repetirse: el Brexit, los problemas de la Unión Europea con los gobiernos de Francia, Italia y Alemania  y los efectos en el crecimiento de la Eurozona, podrían suponer una ralentización del crecimiento en Europa. De hecho, el Banco Central Europeo, en su última reunión, ya se mostró cauto en cuanto a los efectos en el crecimiento y, por esa razón, dilató el inicio de la subida de tipos en la zona Euro. Con el escenario descrito anteriormente en Europa y una situación económica en EEUU relativamente estable, es muy posible que el dólar siga subiendo a lo largo de este año.

Ya comenté, en el artículo de mediados de enero, que el dólar a 1,16 contra el euro era un buen nivel para tener parte de la liquidez de nuestras carteras. Hoy habríamos acumulado una rentabilidad del 2,7%. Llegados a este punto, si compramos el dólar a un precio parecido a 1,15-1,16, la pregunta que nos hacemos es si seguimos manteniendo el dólar o lo vendemos. Mi opinión es que debemos seguir manteniéndolo en cartera… no vaya a ser que en el año 2019, como en el 2018, ¡¡vuelva a ser uno de los activos que obtenga mayor rentabilidad!!

Arantza Virós es cofundadora de Neoinversiones Financieras EAFI

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