Cae otro mito de la izquierda: la calidad del empleo no ha empeorado durante la crisis
Una de las críticas que hacen las formaciones de izquierda a la política del Gobierno en materia laboral es que ha provocado una precarización del empleo en España. Sin embargo, los datos demuestran que la calidad de los puestos de trabajo se ha mantenido bastante estable en los últimos años y no ha sufrido grandes oscilaciones a pesar de la crisis económica. Así lo indican el Índice de Calidad del Empleo, elaborado por la Universidad de Alcalá de Henares con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
El mercado laboral español ha reducido el volumen de desempleados en 678.200 personas en los últimos doce meses, lo que supone una bajada del 12,4%, la mayor de la historia. Así lo revela la EPA, que sitúa la tasa de paro en el 20,9%. En 2015 este indicador ha caído casi tres puntos porcentuales.
Los datos relativos al cuarto trimestre indican que el volumen de parados ha bajado en 71.300 personas, es decir, un 1,5%, situando el total en 4,78 millones de desempleados. En términos de empleo, se han creado 525.100 puestos de trabajo netos, de los que 73.100 corresponden al sector público.
Para cuantificar la calidad del empleo, el ICE analiza las condiciones de trabajo, la cualificación y formación, la conciliación, los salarios, las perspectivas profesionales y la estabilidad en el puesto. Tras analizar estas variables, el indicador revela que la calidad del empleo experimentó una pequeña mejora hasta 2009 para volver después a los niveles de 2006, sin que haya experimentado variaciones significativas en el periodo comprendido entre esa fecha y la actualidad.
Para que un empleo sea considerado de calidad, el ICE indica que debe proporcionar un nivel de ingresos adecuados que permitan satisfacer tanto las necesidades presentes como las futuras, así como un sentimiento de autonomía y utilidad del trabajador en su cargo. Otros aspectos son la estabilidad y la formación continua. El perfil del trabajador que goza de una mayor calidad en el empleo es el de un varón, en edad madura, veterano en su puesto, que no realiza una actividad manual, está bien cualificado y posee estudios superiores.