El negocio redondo de Fernando Alonso con la Indy 500
Fernando Alonso compró los derechos de las 500 millas de Indianápolis un mes antes de anunciar que competiría en ellas
Puede revender los derechos audiovisuales o crear su propio canal en España
Fernando Alonso se ha percatado del hecho de que todo lo que toca se convierte en oro. Ya sea para disfrutar de sus victorias o sus desgracias, el asturiano mueve masas de audiencia bastas en España, como se ha podido comprobar en sus 17 años como piloto de Fórmula 1 con los principales operadores peleando por retransmitir sus carreras y pagando ingentes cantidades de dinero.
El asturiano lleva varios años desarrollando su faceta de empresario. El aburrimiento en la escudería McLaren –donde ha registrado los peores años de su carrera– le han permitido crear una exitosa marca de moda llamada Kimoa y hasta abrir su propio museo y circuito de karts en Asturias. Ahora Fernando va más allá y, con el músculo económico que le otorgan los más de 250 millones de euros ingresados a lo largo de su carrera como piloto, ha decidido invertir.
Durante el pasado Gran Premio de Japón de Fórmula 1, Fernando Alonso se compró los derechos audiovisuales de las 500 millas de Indianápolis. Por aquel entonces, el piloto no había anunciado su participación oficial en la prueba y consiguientemente adquirió el paquete muchísimo más barato en un movimiento empresarial maestro. Tardaría casi un mes en anunciar de forma oficial que las correría, pero la gran rebaja se había logrado.
Así las cosas, el bicampeón del mundo de Fórmula 1 y campeón de las 24 horas de Le Mans competirá en la emblemática prueba y al mismo tiempo ingresará dinero ya sea revendiendo los derechos o creando una plataforma a través de los cuales monetizarlos.
El piloto ha apostado sobre seguro en una prueba donde sabe que tiene tirón en España. Da igual que dar vueltas a un circuito ovalado sea presuntamente aburrido, el asturiano logró que los aficionados siguiesen masivamente su aventura en 2017 en la Indy 500 duplicando en audiencia en nuestro país lo logrado ese mismo fin de semana por el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1. Prueba más icónica que esa no existe.
Con las carta sobre la mesa, Alonso –bien asesorado por Flavio Briatore– se aseguró los derechos de emisión de su segunda intentona en el óvalo de Indianápolis y será quien controle lo que se hacen con ellos. La NBC arrebató a la ABC los derechos norteamericanos y luego los revendió internacionalmente hasta que apareció el asturiano para quedarse los de España.
¿Y quién le dio la idea?
Fernando ha tomado nota de lo que en su momento hicieron Briatore y Alejandro Agag en su época de Renault cuando ellos mismos vendieron los derechos de la Fórmula 1 en España en su época de mayor auge.
También existe un caso precedente de un piloto que comercializó los derechos en su país al mismo tiempo que compitió. Se trata de Emerson Fittipaldi, quien manejó los derechos televisivos del antiguo campeonato CART, mientras él competía y que revendió los derechos a diversos operadores en Brasil enriqueciendo sus arcas exponencialmente.
Se desconoce todavía qué hará Fernando Alonso con los derechos. Puede revenderlos a diferentes operadores televisivos en España e incluso crear una plataforma propia para promocionar sus propios productos, manejar el contenido, los comentarios y dar entrevistas exclusivas a través del propio canal. No se crean que el mejor piloto de la historia de España se va a echar en un sofá a disfrutar de su retirada de la Fórmula 1, todavía tiene mucho recorrido más para trascender en el mundo del motor.