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Los países de Europa que no cambian la hora: lo que podría pasar en España

Países de Europa que no cambian la hora
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Millones de personas cambian la hora dos veces al año: en primavera se adelanta una hora para dar la bienvenida al horario de verano, y en otoño se atrasa para entrar al horario de invierno. España, como el resto de países de la Unión Europea, se suma a esta práctica, que tendrá lugar la madrugada del domingo 26 de octubre; a las 03:00 horas, los relojes volverán a marcar las 02:00 horas.

Durante la Primera Guerra Mundial, Alemania y Estados Unidos implementaron el cambio horario para reducir el uso de luz artificial. Sin embargo, la práctica no se consolidó hasta la crisis del petróleo en 1974, cuando muchos países europeos la adoptaron con el objetivo de aprovechar mejor la luz solar y disminuir el consumo energético. En España, el cambio de hora está regulado desde 1980.

Los países que no cambian la hora

En 2019, el Parlamento Europeo aprobó eliminar el cambio de hora a partir de 2021, permitiendo que cada Estado miembro eligiera si adoptaba permanentemente el horario de verano o de invierno. Sin embargo, la medida aún no se ha implementado debido a la falta de consenso en el Consejo de la UE, y el sistema actual seguirá vigente al menos hasta 2026.

Aproximadamente, menos del 40 % de los países del mundo cambian la hora dos veces al año. En América Latina, la mayoría de las naciones lo han abandonado por su cercanía al ecuador, de forma que la duración del día apenas varía. En Oceanía, países como Australia y Nueva Zelanda mantienen ajustes horarios parciales según regiones. En Estados Unidos y Canadá, la práctica también sigue vigente, aunque con excepciones y fechas distintas a las europeas.

Al mismo tiempo, algunos Estados europeos han decidido prescindir del cambio de hora. Entre ellos destacan Rusia, Bielorrusia, Turquía e Islandia, que mantienen un horario único durante todo el año. Rusia eliminó los ajustes de verano en 2011 y optó por mantener el horario de invierno de manera permanente, mientras que Turquía adoptó una estrategia similar hace varios años. Islandia, por su ubicación geográfica, tampoco encuentra justificación para el cambio de hora. Otros países han realizado ajustes recientes. Ucrania, por ejemplo, decidió en 2024 eliminar el cambio de hora tras una votación parlamentaria; la medida ha entrado en vigor en 2025.

El cambio de hora no sólo afecta a España y la UE. En Asia, China tiene un único huso horario a pesar de su extensión territorial de más de 5.000 kilómetros, y no realiza cambios horarios desde finales de los años 80. Japón tampoco cambia la hora, manteniendo el mismo horario durante todo el año. En Oriente Medio, países como Líbano e Israel sí cambian la hora.

España

Esta semana, Pedro Sánchez ha expresado su intención de acabar con el cambio de hora en España. En un vídeo publicado en sus redes sociales, el presidente del Gobierno aseguró: «Francamente, yo ya no le veo sentido. La medida ya no aporta ahorro energético y sí provoca molestias y efectos negativos en la salud. La ciencia lo confirma: no hay ahorro real de energía. Es una cuestión de sentido común, bienestar y coherencia con la evidencia científica».

Por su parte, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, comentó lo siguiente respecto al horario que se debería mantener: «es una cuestión que dejamos abierta precisamente para hablar con los diferentes países. Debemos tener flexibilidad. España planteará una posición, pero no es el momento de que la propuesta de España sea cerrada, sino de que consiga el consenso del Consejo Europeo». Y añadió: «queremos una Unión Europea más moderna, que piense en la vida cotidiana de las personas. Es hora de sincronizar Europa con la gente, no con el reloj».

El Gobierno se apoya en tres argumentos: el respaldo mayoritario de la ciudadanía española y europea (según datos oficiales, «el 66% de la población está a favor de terminar con esta práctica»), la ausencia de evidencia científica que demuestre que esta práctica genera un ahorro energético sustancial, y las consecuencias negativas sobre la salud y el bienestar.

Sobre los orígenes del cambio horario, el Ejecutivo explicó que «en 1980, la Comunidad Económica Europea empezó a coordinar los horarios de verano e invierno de los países miembros con dos argumentos: aprovechar más las horas de luz para reducir el consumo energético, y armonizar el funcionamiento del mercado común». Pero hoy, casi medio siglo después, la medida se considera «obsoleta».

Finalmente, Sánchez reiteró: «con éste nuevo impulso al debate, España manda un mensaje claro: los Estados miembros deben escuchar a la ciudadanía, atender a la evidencia científica y demostrar que son capaces de actualizar sus políticas al ritmo de los tiempos. Es momento de seguir avanzando juntos en una agenda ambiciosa de transición energética y competitividad europea».

En conclusión, el cambio de hora sigue vigente en España y gran parte de Europa, pero su futuro está en entredicho. Mientras tanto, la madrugada del próximo 26 de octubre deberemos atrasar una hora los relojes, disfrutando de una hora más de sueño.

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