«Reciclaje obligatorio»: el cambio de la UE que afecta a estos coches
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El pasado 17 de junio de 2025, el Consejo de la Unión Europea dio un paso decisivo sobre el Reglamento de Vehículos al Final de su Vida Útil (ELV, por sus siglas en inglés), el cual establece nuevas obligaciones para fabricantes y distribuidores; todos los coches deberán diseñarse teniendo en cuenta su desmontaje y reciclaje. El objetivo es doble: por un lado, reducir los residuos generados por los coches al final de su vida útil; por otro, aprovechar materiales valiosos como aluminio, acero o cobre en la fabricación de nuevos vehículos, fomentando así la economía circular.
«El Reglamento sobre Vehículos al Final de su Vida Útil supone un punto de inflexión para Europa. Reduce los residuos, limita nuestra dependencia de las materias primas fundamentales procedentes del exterior y pone nuestra industria automovilística en la senda de la economía circular. Con la posición del Consejo, este acto legislativo no solo impulsará la competitividad de nuestras industrias automovilísticas y de reciclado, sino que también reducirá al mínimo la burocracia», comenta Paulina Hennig-Kloska, ministra de Clima y Medio Ambiente de Polonia.
Reglamento sobre Vehículos al Final de su Vida Útil
Aunque la norma todavía debe ser negociada y ratificada por el Parlamento Europeo, se espera que la aprobación definitiva llegue en 2026. Tras ello, los Estados miembros contarán con un periodo de adaptación antes de la entrada en vigor. Todo apunta a que las primeras obligaciones de «reciclaje obligatorio» podrían empezar a aplicarse a partir de 2031.
«La orientación general del Reglamento establece un enfoque progresivo en tres fases para el objetivo de porcentaje mínimo de plástico reciclado en los vehículos, con el fin de asegurar beneficios sustanciales pero realistas en términos de economía circular. Así, se fija un 15 % de plástico reciclado seis años después de la entrada en vigor del Reglamento, un 20 % a los ocho años y un 25 % a los diez años. Además, la Comisión Europea tendrá la facultad de conceder exenciones temporales en caso de escasez de plásticos reciclados o de precios excesivos, así como de establecer un porcentaje mínimo de contenido reciclado en otros materiales distintos al plástico, siempre que un estudio de viabilidad lo respalde».
Otro aspecto destacado de la normativa es la obligación de certificar el estado de los vehículos de segunda mano antes de su venta. Esta medida busca acabar con la venta de coches que, por su antigüedad o estado de conservación, deberían ser retirados o reciclados. La UE quiere garantizar que los compradores reciban información veraz y que los vehículos que aún circulen cumplan con criterios mínimos de sostenibilidad y seguridad.
Asimismo, se endurecen los controles sobre la exportación de vehículos fuera de la Unión Europea. Sólo se podrán enviar al extranjero aquellos automóviles que no se vayan a desguazar en países con normas ambientales insuficientes. Esta medida pretende frenar el tráfico de chatarra, una práctica que ha generado preocupación por sus efectos sobre el medio ambiente y la salud pública.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha destacado la importancia de estas medidas en el contexto de la transición hacia una economía verde: «con estas normas, aseguramos que los coches no solo sean más limpios durante su uso, sino que también contribuyan a un modelo de producción sostenible cuando llegan al final de su vida útil. Queremos que cada vehículo cuente, no solo en términos de movilidad, sino también de recursos y protección ambiental».
Para los usuarios, la normativa también implica cambios relevantes. Además de la certificación del estado de los vehículos de segunda mano, se fomentará la transparencia en la información sobre la reciclabilidad de los coches nuevos. Los compradores podrán conocer qué porcentaje de materiales reciclados contienen los vehículos y qué componentes pueden ser reutilizados, permitiendo decisiones de compra más sostenibles y conscientes.
Industria del automóvil
«La producción de vehículos es una de las industrias que más recursos consume. El sector automovilístico europeo es responsable del 19 % de la demanda de la industria siderúrgica de la UE (más de 7 millones de toneladas anuales), del 10 % del consumo total de plásticos (6 millones de toneladas anuales) y de un porcentaje considerable de la demanda de aluminio (el 42 % para todos los equipos de transporte, alrededor de 2 millones de toneladas anuales), cobre (el 6 % para las piezas de automoción), caucho (el 65 % de la producción de productos generales de caucho) y vidrio (1,5 millones de toneladas de vidrio plano producido en la UE).
La economía circular es un modelo de producción y consumo centrado en reducir al máximo los residuos ampliando la vida útil de los productos mediante el uso compartido, la reutilización, la reparación y el reciclado. Cuando un producto llega al final de su vida útil, se mantienen en la economía los materiales que lo integran el mayor tiempo posible gracias al reciclado. Para maximizar las ventajas de la circularidad, los productos deben diseñarse de manera que puedan reciclarse fácilmente al final de su vida útil», detalla el Consejo Europeo.