China guerra comercial

China inunda los mercados emergentes de combustión y multiplica sus envíos de coches por cuatro

Este fenómeno está estrechamente ligado a las políticas de subsidios al vehículo eléctrico impulsadas por Pekín

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El presidente de China, Xi Jinping. Foto de EP.

China se ha convertido en el principal exportador mundial de automóviles por volumen, pero no gracias a la movilidad eléctrica, sino a mandar fuera del país coches propulsados por motores de combustión. Los fabricantes automovilísticos chinos están aprovechando la caída de las ventas domésticas de vehículos de combustión para colocar millones de unidades de gasolina en mercados emergentes donde la infraestructura de recarga sigue siendo limitada.

Así lo reflejan datos publicados por Faconauto, a los que ha tenido acceso este diario, que señalan que, entre los años 2020 y 2024, las exportaciones de vehículos de combustión de fabricantes chinos pasaron de 730.000 a 2,6 millones de unidades, lo que se traduce en multiplicar por cuatro el número de envíos fuera del país. El Grupo Chery, Dongfeng, BAIC o Changan han encontrado en el exterior una vía de escape frente a la caída de la demanda de motores de combustión en su mercado doméstico.

Este fenómeno está estrechamente ligado a las políticas de subsidios al vehículo eléctrico impulsadas por Pekín en la última década. Mientras nacían decenas de nuevos fabricantes de baterías y movilidad eléctrica, en paralelo, se ha acumulado una sobrecapacidad de fábricas de combustión que hoy permanece infrautilizada, presión que ha empujado a muchas marcas a redirigir su producción a mercados internacionales.

China no quiere coches de combustión

La estrategia china se ha centrado en enviar estos coches que ya no se venden en el país a regiones donde la penetración del vehículo electrificado aún es baja y el precio sigue siendo el factor decisivo. México se ha consolidado como principal destino, con más de 200.000 ventas previstas este año y una cuota de mercado del 14%. También destaca Europa del Este, con Polonia como ejemplo del desembarco masivo de nuevas marcas, y mercados de Latinoamérica y África, donde la disponibilidad y el coste del vehículo de combustión siguen marcando el ritmo de la demanda ante la falta de infraestructura de recarga.

Aunque Pekín persiga el liderazgo global en electrificación a medio plazo, en el corto plazo la prioridad está siendo ganar penetración comercial con una gama ampliamente basada en combustión.

El desafío para los fabricantes en Europa

La expansión china está transformando el tablero competitivo a nivel global. Según AlixPartners, las marcas del país podrían alcanzar un 30% del mercado mundial en 2030, un crecimiento que llegará a costa de los demás fabricantes que llevan décadas en el mercado, afectando de lleno en las empresas de automoción europeas, que se aprecia la perdida de competitividad de estas frente a las firmas chinas en los mercados emergentes con productos menos actualizados y más caros.

En respuesta, algunos fabricantes globales comienzan a reaccionar. Volkswagen ha anunciado que exportará desde China a nuevos mercados; GM y Hyundai desarrollarán vehículos conjuntos para Sudamérica con el fin de reducir costes. Aun así, el informe subraya que la velocidad del avance chino está poniendo bajo presión a los fabricantes tradicionales, especialmente en países donde la regulación es más laxa y el precio es el principal driver de compra.

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