Recetas tradicionales

Ni aceite ni pan rallado: el truco viral de las abuelas andaluzas para hacer las croquetas más sabrosas

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Croquetas redondas. Foto: Pexels.

Las croquetas fueron y serán por siempre una de las recetas más tradicionales de la gastronomía española. Y es que gracias a su versatilidad, se pueden aprovechar ingredientes y convertirlos en un bocado cremoso por dentro y crujiente por fuera. Aunque la receta parece sencilla, existen pequeños detalles que hacen a las croquetas más sabrosas que al resto.

Si bien el origen de las croquetas se asocia con la cocina francesa, en España ya tienen desde hace rato identidad propia. En cada región hay versiones que destacan por sus ingredientes y métodos de preparación. La cultura gastronómica andaluza es la principal responsable del truco que estás a punto de conocer. Lo mejor, es que no precisa de aceite extra o pan rallado.

¿Cuál es el truco de las abuelas andaluzas para hacer las croquetas más sabrosas?

Quienes tienen una mínima idea de esta receta más clásica, tienen en cuenta que las croquetas tradicionales se elaboran a partir de una base de bechamel, una mezcla de harina, mantequilla o aceite y leche. Sin embargo, algunas abuelas andaluzas han perfeccionado la receta con un ajuste en este proceso.

En lugar de usar solo leche para formar la bechamel, añaden caldo concentrado del ingrediente principal de las croquetas. Este pequeño cambio aporta un extra de sabor y realza el gusto del relleno sin alterar la textura cremosa de la masa.

Algunas combinaciones recomendadas y que pueden inspirarte son las siguientes:

  • Croquetas de gambas: se puede utilizar un caldo elaborado con las cabezas y cáscaras de las gambas.
  • Croquetas de cocido: incorporar parte del caldo del cocido en lugar de solo leche.
  • Croquetas de carrilleras: añadir parte de la salsa reducida de la carne a la bechamel.
  • Croquetas de pollo o puchero: aprovechar el fondo de cocción del guiso para potenciar el sabor.

Sustituir una parte de la leche por caldo concentrado consigue que la bechamel absorba mejor los matices del ingrediente principal, intensificando el sabor en cada bocado.

Los mejores tipos de empanados para tus croquetas, según las abuelas andaluzas

El empanado es otro factor que influye en la textura y el resultado final. Si bien el pan rallado es la opción más común, algunas abuelas andaluzas optan por una alternativa que proporciona un exterior aún más crujiente: harina de garbanzo o copos de puré de patata.

  • Harina de garbanzo: utilizada en la cocina andaluza para frituras, aporta un rebozado más ligero y crujiente.
  • Copos de puré de patata: ofrecen un acabado diferente, con una textura más aireada y menos densa que el pan rallado.

Cabe reiterar que estos ingredientes pueden usarse de la misma forma que el pan rallado, logrando unas croquetas más sabrosas sin modificar la técnica de fritura.

¿Cuál es la mejor forma de freír las croquetas?

Otro aspecto fundamental en la preparación de las croquetas es la fritura. Siguiendo algunos principios básicos, se consigue que queden doradas y crujientes sin absorber demasiado aceite:

  • Temperatura del aceite: debe estar entre 170 y 180 grados. Si está demasiado frío, las croquetas absorberán aceite; si está demasiado caliente, se dorarán rápido por fuera sin cocinarse bien por dentro.
  • Aceite de oliva virgen extra: aporta mejor sabor y permite una fritura más limpia y uniforme.
  • Freír en tandas pequeñas: evita que la temperatura del aceite baje demasiado.
  • Escurrir en papel absorbente: ayuda a eliminar el exceso de grasa sin afectar la textura crujiente.

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