Tatuajes durante el embarazo. Razones para no hacérselos
Cada vez son más las personas que deciden hacerse un tatuaje para llevar en su piel el nombre de alguien especial, una palabra que signifique mucho o incluso una experiencia que les ha marcado para siempre. Entre todos esos ciudadanos que quieren tatuar su cuerpo hay algunas embarazadas. No obstante, es importante que la mujer en estado que desee hacerse uno, tenga en cuenta antes varios aspectos relevantes que le aconsejarán que no lo haga:
Infecciones
La mayoría de los expertos tatuadores que existen en el mundo tienen claro que no están dispuestos a tatuar a una mujer embarazada. ¿El motivo? Que aunque se sigan a rajatabla todas las medidas de higiene y precaución, siempre existe un riesgo mínimo de infección . Y si se produjera esta podría causar un grave daño tanto al niño como a la madre.
Reacción
Otra de las razones por las que no está recomendado llevar a cabo la realización de un tatuaje durante el embarazo es que ante la llegada de tinta al organismo no se sabe cómo puede reaccionar este. Y eso puede suponer una serie de efectos alérgicos que sean peligrosos para la mujer y para su hijo. En concreto, se considera que los tintes de colores son los que suelen presentar problemas de alergias.
Tatuaje deformado
De la misma manera, no hay que pasar por alto que otro de los motivos para rechazar hacerse un tatuaje durante el periodo de gestación es que este se puede ver sometido a distintos cambios. Con esto nos referimos a que el dibujo se modifica sí o sí, ya que el cuerpo sufre alteraciones de volumen y peso durante los nueves meses. Así, la mujer va engordando y además ve cómo le aparecen estrías. Dos hechos que, sin lugar a dudas, alteran el tamaño y la forma del tatuaje, por lo que el dibujo conseguido en un primer momento nada tendrá que ver con el resultado durante y posteriormente al embarazo.
Cesárea
Tampoco hay que olvidarse de que una posible cesárea también puede arruinar el tatuaje de la mujer que lo tenga debajo del vientre. Y es que, irremediablemente, el doctor tendrá que hacer una incisión y eso supondrá que el dibujo se “rompa”.
Otros riesgos
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto que existen otros riesgos que desaconsejan por completo la realización de un tatuaje durante el embarazo:
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Se corre el peligro de contagiarse determinadas enfermedades como la hepatitis C.
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Los tatuajes en la zona de los genitales o de los pezones pueden ser peligrosos y obstáculos para el desarrollo correcto del parto.
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Se puede provocar que se produzca un parto prematuro. ¿Por qué? Debido al nivel de dolor que experimenta la madre durante la realización del tatuaje.
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Los tatuajes que se realizan en la zona baja de la espalda son los menos recomendables durante el embarazo. ¿Por qué? Porque se encuentran en la columna vertebral y eso supone que sea imposible inyectar la epidural, ya que la tinta podría pasar a lo que es canal raquídeo.