10 cosas que pasan cuando eres la hermana mayor
¿Eres la hermana mayor? Entonces entenderás a la perfección este artículo. Y es que en el mismo vamos a analizar qué significa tener un hermano pequeño: convertirse en u ejemplo, tener la responsabilidad de cuidarlo, defenderlo, protegerlo…Pero también asumir las constantes comparaciones, ser el responsable de todas las trastadas o pasar a ser en una tercera figura “paternal”, entre otras cosas.
Sigue leyendo si eres la mayor, porque te identificarás, y hazlo también si tienes una hermana por encima de ti en edad porque así la valorarás más. Estas son todas las cosas a las que tiene que hacerle frente la mayor desde que descubre que un nuevo bebé “viene en camino”:
Le quitan la cuchara
¿Qué hermana mayor no ha tenido que escuchar durante el embarazo de su madre la típica frase de “el bebé te va a quitar la cuchara”? Al principio es cierto que, según la edad, puede no entender lo que le están diciendo, porque hay muchas cucharas en casa, pero claro, al llegar al hogar su hermano o hermana acaba comprendiendo lo que le decían. Desde ese momento, todo gira en torno al recién nacido, se acabó ser el centro de atención.
Pasa a ser el ejemplo para su hermano/a
Complicado, muy complicado, es el rol de hermana mayor y es que los padres establecen que debe convertirse en el ejemplo perfecto para el menor. Eso supone que se le mire con lupa en cuanto a su comportamiento, al rendimiento escolar, a su forma de vestir, a sus salidas nocturnas…¿Resultado? Una presión constante por no defraudar a los papás y por conseguir que su hermano o hermana “vaya por buen camino”.
Se convierte en el vicepadre o en la vicemadre
Igual que recibe el cargo de “ejemplo”, también obtiene el de vicepadre o vicemadre. Así, cuando los adultos no estén presentes, la hermana mayor es la que debe encargarse de cuidar, de proteger y de aconsejar al menor. Eso supone que tenga que desarrollar labores tales como llevarlo al colegio, ayudarle a hacer los deberes, prestarle atención cuando lo necesite… Pero también tendrá la potestad de reñirle, eso es quizás ¡lo más divertido!
Siempre es la cabeza de turco
Ser hermana mayor supone que nunca jamás tenga la presunción de inocencia ante cualquier trastada o desastre que haya sucedido en casa. Cuando es la responsable, los padres la declaran culpable y si el autor es el pequeño, da igual, también se le declarará culpable. Y es que en este último caso se le dice: “tú eres la mayor, la responsable, la que tiene que dar ejemplo, ¿no ves que tu hermano/a no sabe lo que está haciendo?”
“Llévate a tu hermana”
Ser la mayor de entre los hijos supone también que los padres te utilicen para poder descansar y quedarse tranquilos en casa sin que nadie les moleste. Por eso, aprovecharán que la primogénita quiera salir con sus amigos o vaya a algún lado, para soltarle la típica frase de “llévate a tu hermana”.
Pasa a ser una superheroína protectora
Indiscutiblemente cuando se es la hermana mayor se desarrolla un superpoder: el de la protección. Si tú lo eres sabrás de lo que hablamos y es que tienes claro que puedes meterte y pelearte con tu hermana o hermano, pero tú, como alguien se atreva a molestarle, no dudas en sacar tu mala leche, fuerza y valentía de donde no la tienes para defenderle. Es tu hermano pequeño y nadie le va a hacer nada, faltaría más.
Momentos de complicidad impagables
Ser hermana mayor también da la posibilidad de poder crear una complicidad impagable con el pequeño o la pequeña. Se conocen a la perfección, tienen la misma familia, comparten la vida y eso hace que se cree un vínculo en el que sepan lo que la otra parte está pensando sin necesidad de expresarlo verbalmente.
La mejor consejera
De la misma manera, no hay que olvidar que la hermana mayor entiende a la perfección al menor, también ha pasado por su edad y por sus dudas o temores, por lo que le da los mejores consejos en base a su propia experiencia. Y lo hace sin reproches, simplemente con la intención de ayudarle.
Siempre está ahí
Si desarrolla el superpoder de la protección, también hace lo propio con el de la omnipresencia. Y es que una hermana mayor siempre está al lado de su hermano o hermana pequeño cuando la necesita. Se encuentra en los buenos momentos y en los malos, porque su amor es incondicional.
La mejor tía
Otra de las cosas a las que tiene que hacerle frente la hermana mayor es a la de convertirse en tía. Parece que fue ayer cuando le llevaba al colegio o le limpiaba los mocos, pero no, el pequeño de la casa tiene un hijo y, por tanto, le da un sobrino. Y ese es el mejor regalo, junto al amor que siempre le ha dado, que le puede hacer porque le permitirá descubrir otro amor incondicional y sin límites.