La calle de Palma sin alcantarillado, luz, ni contenedores, pero donde se pagan los mismos impuestos
Los vecinos de la calle Rosa Mestre del Vivero carecen de todos los servicios al no haber sido nunca el vial urbanizado
Vox presenta una moción al pleno exigiendo una solución para unos residentes de edad avanzada y muy vulnerables
La calle de Palma sin alcantarillado, luz, aceras, ni contenedores, pero donde se pagan los mismos impuestos que en las zonas donde se disfrutan de estos servicios municipales está en el barrio del Vivero.
Aunque Rosa Mestre (Palma, 1875-1972) fue la primera y única mujer mallorquina que compuso zarzuela, publicando su primera obra con tan solo 14 años, jamás podría imaginar que la calle que da honor a su nombre desde la pasada legislatura, situada en el barrio en el que residió, sería un polvoriento entramado de caminos sin asfaltar, con escasa o nula iluminación, sin alcantarillado y donde no entran ya tan siquiera los camiones de recogida de basuras.
Se trata de uno de esos puntos negros de la ciudad, al lado de la popular calle Aragón, al que el paso del tiempo no ha dado solución y que permanece en un limbo jurídico calificado por el Ayuntamiento de Palma como un espacio privado de uso público por no haber sido recepcionado aún por el Consistorio, lo que obliga a las decenas de familias allí residentes a vivir en condiciones insalubres.
Esta falta de servicios se ha hecho más patente en los últimos años, de modo que los trabajadores de la limpieza de Emaya ya no entran en ese espacio, se han eliminado gran parte de las farolas que aún quedaban (haciendo más insegura la zona) y los contenedores de basura están a tal distancia, que depositar allí los residuos domésticos supone una enorme dificultad para los vecinos, la mayoría de ellos, de avanzada edad.
Sin embargo, lo paradójico de la situación es que quienes viven en esta calle, sí hacen frente a sus obligaciones tributarias con el Ayuntamiento. Es decir, pagan el IBI de sus viviendas, así como el resto de impuestos y tasas municipales como cualquier ciudadano de Palma, a cambio de nada.
Llevan pagando durante decenios por unas prestaciones municipales que en ningún caso reciben. Una situación que no por legal deja de ser injusta, más si tenemos presente que el firme de la calle Rosa Mestre está lleno de socavones, que provocan frecuentes accidentes.
La situación se agrava cuando llueve, ya que al carecer de alcantarillado y de red de saneamiento, el agua queda estancada en la calzada, suponiendo un peligro para la libre circulación de los residentes, para el estado de sus viviendas y para su salud.
A pesar de tratarse de un espacio urbano centenario, donde en los últimos años los vecinos han ido reiterando al Ayuntamiento de Palma que ponga remedio a esta situación, la respuesta municipal ha sido nula. Más allá de que el ex alcalde socialista José Hila, residente también en el barrio del Vivero, el 30 de septiembre de 2021 rotulara la calle con el nombre de la compositora Rosa Mestre, que hasta ese momento figuraba en el callejero como C-141.
Esta circunstancia alentó las esperanzas de sus vecinos, ya que implicaba, más allá del ámbito administrativo, el reconocimiento de su calle. No obstante, esas esperanzas se vieron truncadas, porque más allá de la placa de Rosa Mestre, la calle sigue sin existir para el consistorio.
Ahora, por primera vez, la situación en la que se encuentran residiendo estos vecinos, al menos se debatirá en el pleno municipal del próximo 25 de enero. Todo ello a raíz de una iniciativa presentada por el Grupo Municipal de Vox por vía de urgencia, en la que insta al gobierno municipal del PP a dar los pasos necesarios para que estos vecinos «cuenten con los servicios públicos de cualquier ciudadano de Palma», porque dado que «sí existen para la Administración municipal para el cobro de tasas e impuestos, así como para ser sancionados si así se considera, existan también para recibir los servicios que merecen».
Y para que los afectados tengan una pronta respuesta por parte del Ayuntamiento, Vox exige que se tenga en cuenta «la situación de vulnerabilidad de muchos de ellos y las condiciones de insalubridad de la calle, incompatibles con una ciudad como Palma».