Son Gual: zona residencial maldita para el Ayuntamiento de Palma que paga impuestos sin tener servicios
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El millar de vecinos del área residencial de Son Gual en Palma llevan más años olvidados por el Ayuntamiento que los 15 kilómetros que los separan del centro de la capital balear. En concreto, un total de 20 años reclamando algo tan simple como servicios básicos de transporte público, limpieza regular de la vía pública, un adecuado alumbrado y el mantenimiento de sus calles.
Pero nada cambia y estos residentes en las 240 viviendas de esta zona, que pagan tantos o más impuestos que el resto de los palmesanos, siguen exigiendo sin éxito una línea regular de transporte urbano de la EMT, ante la indiferencia del presidente de la compañía, el concejal socialista de Movilidad, Francesc Dalmau.
Sólo disponen de un servicio a la demanda con viajes programados a petición de los usuarios, pero que, según la asociación de vecinos de la zona, es muy deficiente, insuficiente e impide que los usuarios puedan planificar su llegada al trabajo o desplazarse al colegio, dado que están obligados a hacer transbordos de línea, lo que provoca numerosas demoras y molestias a los residentes.
Se trata del único barrio del distrito de Playa de Palma y Pla de Sant Jordi al que el Ayuntamiento de Palma le niega una línea de conexión regular. Como denuncia Catalina, una residente, «estoy cansada de llamar y poner quejas a la EMT. El mail recordándote que ya puedo abonar el IBI al Ayuntamiento de Palma sí que lo he recibido, ahora de todas las quejas interpuestas, respuestas cero».
Este año, con el arranque del nuevo curso escolar con normalidad tras la pandemia, nada ha cambiado en este sentido. Los niños y adolescentes siguen sin transporte escolar y a pesar de haberlo solicitado la entidad vecinal en diferentes ocasiones, el gobierno municipal continúa haciendo oídos sordos a sus peticiones.
Como apunta otra vecina llamada Cristina, «venden una Palma sostenible, pero en nuestro barrio o tienes vehículo privado o tus hijos no llegan al colegio. ¿Es lógico Ayuntamiento de Palma? Ya les respondo yo: no»
Y es que ante esta realidad, la mayor parte de los vecinos no tienen otra que usar a diario y para todo el coche particular. Para acceder desde este barrio residencial a la Vía de Cintura hay que atravesar cuatro kilómetros por un camino asfaltado, sin alumbrado y lleno de pendientes. El gobierno municipal continúa en sus trece defendiendo que hasta que la mitad de los solares no se urbanicen, el Consistorio palmesano no puede hacerse cargo del mantenimiento y le pasa la pelota al promotor de la urbanización, que no hace nada.
Aunque los vecinos han presentado alegaciones al nuevo Plan General, a fin de que se les dote de estos servicios básicos y equipamientos municipales, pocas esperanzas tienen de que la concejala independentista de Modelo de Ciudad, Neus Truyol, las incluya en el nuevo planeamiento palmesano, pendiente aún de su aprobación final.
«Es patético, vergonzoso y penoso, no sé cómo definirlo, los años que llevamos luchando para tener un derecho que nos pertenece…. Nos tienen abandonados, pero eso sí, de los impuestos no se olvidan. Para coger dinero si somos de Palma», concluye Sara, otra vecina.