Absueltos dos sacerdotes de un delito de odio por decir que el islam «se arma para aniquilar infieles»
La Fiscalía pedía hasta cuatro años de cárcel y el cierre de Alerta Digital, pero el tribunal no ve delito de odio en sus mensajes
La Audiencia de Málaga considera que las expresiones, aunque ofensivas, no vulneran los límites penales de la libertad de expresión


La Audiencia Provincial de Málaga ha absuelto a los sacerdotes Custodio Ballester y Jesús Calvo, así como al director del medio digital Alerta Digital, Armando Robles, acusados de un delito de incitación al odio por artículos y programas con mensajes dirigidos contra los inmigrantes, el islam y la comunidad musulmana, emitidos entre 2013 y 2019. La Fiscalía pedía penas de hasta cuatro años de prisión y el cierre de la web informativa.
En la sentencia, dictada tras el juicio celebrado el pasado 1 de octubre, la Sección Primera del tribunal reconoce que los tres acusados son autores de las manifestaciones recogidas en los artículos y programas, pero concluye que dichas expresiones, aunque «ofensivas» o «desafortunadas», no alcanzan el umbral penal exigido para ser consideradas delito de odio.
Los jueces subrayan que muchas de las expresiones utilizadas podrían resultar repulsivas para buena parte de la sociedad, pero se enmarcan en un ejercicio, aunque extremo, de la libertad de expresión. «Existe incluso un discurso intolerante que sigue estando protegido», afirma la resolución, que remarca que este derecho incluye manifestaciones que pueden generar rechazo social.
Entre las publicaciones juzgadas se encuentra un artículo firmado por Ballester titulado «El imposible diálogo con el Islam», donde afirma que «el islam impulsa con una mano las obras de caridad mientras arma la otra para aniquilar al infiel». Calvo, por su parte, empleó términos como «refugiados invasores» y se refirió a la inmigración como un intento de «acabar con la raza blanca».
Durante el juicio, los acusados defendieron su actuación. Ballester aseguró que sus críticas iban dirigidas al islamismo radical, no a todos los musulmanes, y calificó el delito de odio como «una forma de autocensura». Calvo negó querer ofender a nadie, mientras que Robles defendió el contenido de su medio como «crítica política e informativa».
La Fiscalía, que contaba con el respaldo de la Asociación Musulmanes contra la Islamofobia, sostuvo que los mensajes iban más allá de una opinión legítima y fomentaban un discurso hostil hacia colectivos vulnerables. No obstante, la Sala concluye que, pese al tono utilizado, no se acreditan elementos suficientes para condenar penalmente a los acusados.
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