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Es una joya de la naturaleza: el pueblo con las calas y playas más salvajes de Tarragona

Pueblo de Tarragona
La Ametlla de Mar.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Tarragona, situada en el sur de Cataluña, es un lugar que combina de manera perfecta el mar y la montaña. En esta región, se pueden descubrir encantadores pueblos llenos de belleza y diversidad. Las villas medievales son auténticas joyas históricas. Montblanc, con sus calles adoquinadas y antiguas murallas, te transportará a otra época, invitándote a explorar su rica historia a través de sus edificios y plazas. Si lo que buscas es aventura, Siurana, un pueblo en lo alto de un acantilado, ofrece vistas panorámicas que te dejarán sin aliento.

La gastronomía de Tarragona es otro de sus grandes atractivos. En toda la provincia, podrás degustar una deliciosa y variada oferta culinaria. Desde platos de pescado fresco en la costa hasta especialidades tradicionales como la escalivada o los calçots. No te olvides de probar los vinos de la región, especialmente los de la denominación de origen Priorat. Además de su riqueza histórica y gastronómica, Tarragona es un paraíso para los amantes de la naturaleza y el deporte. Prades, conocido como el «balcón de la Costa Dorada», ofrece paisajes impresionantes y rutas ideales para recorrer a pie o en bicicleta. Sus montañas y bosques son perfectos para explorar y disfrutar de la serenidad del entorno natural. Por otro lado, conocida como «La Cala» por sus numerosas calas, La Ametlla de Mar es una encantadora localidad marinera en el Bajo Ebro. Las playas del Alguer, Pixavaques y San Jordi son populares entre los turistas. Sin embargo, es recomendable conocer las urbanizaciones de Tres Cales y Calafat para descubrir todas las calas escondidas y disfrutar de su belleza natural.

Una joya costera en Tarragona

La Costa Dorada es conocida por sus amplias playas de arena fina y suave entrada al agua, una imagen que se ha convertido en sinónimo de la región. Sin embargo, más allá de estas playas populares, la costa oculta rincones menos explorados que revelan un litoral aún auténtico y lleno de encanto. En el corazón de este litoral se encuentra La Ametlla de Mar, un lugar apreciado por los locales, conocidos como «los caleros», quienes buscan calas secretas para disfrutar de la costa catalana en su estado más puro.

Un ejemplo destacado de estas playas escondidas es la playa del Fangar, que ofrece un paisaje que parece sacado de una postal del fin del mundo. Con sus extensas áreas de arena y un mar que refleja la salvaje belleza de la naturaleza, El Fangar se encuentra en una península de 410 hectáreas, donde el faro se erige como el protagonista en un entorno mayormente ocupado por arrozales. Más al norte, entre La Ampolla y el Mirador de Cabo Roig, se extiende una línea de acantilados rojizos que esconde varias calas pequeñas y encantadoras.

Una de las características más fascinantes de las calas cerca de La Ametlla de Mar es su accesibilidad a través del GR 92, un sendero europeo que atraviesa la costa catalana. Este camino conecta La Ametlla de Mar con La Ampolla en un recorrido de 16 kilómetros, atravesando calas entre riscos y acantilados mientras disfrutan del aroma a resina mezclado con el salitre del mar.

En la zona de las Tres Calas, cerca de la urbanización del mismo nombre, se encuentran tres playas populares: Cala Forn, Cala de Santa Jordi y Cala Vidre. Cala Forn, con su mar turquesa, está muy concurrida durante el verano, pero las otras dos calas ofrecen la misma belleza con un ambiente algo más tranquilo. Están unidas por un camino playero, que ofrece una ruta pintoresca que pasa cerca del Castillo de San Jorge de Alfama.

La Ametlla de Mar

La Ametlla de Mar es un encantador pueblo costero ubicado al sur de la Costa Dorada, a 55 kilómetros de Tarragona y justo antes de llegar al Parque Natural del Delta del Ebro. Conocido cariñosamente como «La Cala» por sus numerosos rincones playeros, este pintoresco lugar destaca por su belleza natural y su atmósfera relajada.

El pueblo es pequeño pero lleno de encanto, con numerosas rutas a pie tanto dentro del núcleo urbano como en sus alrededores. Los senderos, que bordean la costa, permiten explorar el entorno natural y disfrutar de vistas espectaculares. La oferta turística de La Ametlla de Mar incluye tranquilidad, naturaleza, buena gastronomía y un toque de cultura tradicional, lo que lo convierte en un lugar perfecto para unas vacaciones en familia o una escapada relajante.

Para quienes prefieran quedarse en La Ametlla de Mar, el municipio ofrece varios parques infantiles con fuentes para refrescarse, así como actividades estivales para los más pequeños. Las calas de La Ametlla de Mar son reconocidas por su belleza y tranquilidad, con aguas cristalinas y una rica vida marina gracias a la posidonia, el alga que purifica el agua. Las playas de arena suave y las calas de piedras proporcionan una variedad de opciones para todos los gustos.

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