El iPod que escondía un juego secreto inspirado en los inicios de Apple


El iPod marcó una era y abrió el camino hacia el iPhone, pero también guardaba pequeñas sorpresas que lo convertían en un dispositivo especial. Una de ellas fue la existencia de un iPod con un juego secreto, un huevo de Pascua que hacía un guiño directo a los orígenes de Apple. Este juego era Brick, una adaptación del clásico arcade Breakout de 1976. En aquella época, Steve Jobs y Steve Wozniak trabajaban en Atari y participaron en la creación del juego original. Décadas después, Apple decidió rendir homenaje escondiéndolo en el primer modelo de iPod, lanzado en 2001.
Cómo se descubría el juego secreto
El acceso al juego no estaba a la vista. Para activarlo había que entrar en el menú “Acerca de” del iPod y mantener pulsado durante unos segundos el botón central de la rueda táctil. Entonces aparecía Brick en pantalla, un juego en blanco y negro que permitía controlar la paleta con la rueda, de la misma forma que en el arcade original se hacía con un mando físico.
En actualizaciones posteriores del software, el acceso se trasladó al menú “Legal”, aunque seguía siendo un secreto para quienes no conocían la combinación. Con la llegada de modelos en color, como el iPod nano de primera y segunda generación, Brick pasó a estar visible en el menú de juegos, ya sin necesidad de trucos para encontrarlo.
De Brick a Vortex
El éxito de este pequeño huevo de Pascua animó a Apple a dar un paso más. En 2006 llegaron los juegos oficiales para iPod, que podían comprarse a través de iTunes. Entre ellos estaba Vortex, una versión modernizada de Breakout que adaptaba la mecánica a la rueda del iPod con un diseño circular, niveles más elaborados y efectos de color. Brick, sin embargo, fue el pionero. Una prueba de que incluso en un reproductor musical, Apple quería sorprender a sus usuarios con algo inesperado.
Un detalle que marcaba la diferencia
La historia del iPod y su juego secreto demuestra cómo Apple cuidaba incluso los pequeños detalles. No era solo un gadget para escuchar música, escondía guiños a la propia historia de la compañía y a la creatividad de sus fundadores. Para los usuarios que lo descubrieron, jugar a Brick en un iPod clásico fue una experiencia que convertía un dispositivo cotidiano en algo aún más especial. Esos modelos forman parte de la nostalgia tecnológica y del recuerdo de una época en la que Apple no solo revolucionaba la música portátil, sino que también mantenía vivo su espíritu lúdico y rebelde.