El cuerpo de Olivia, una de las niñas de Tenerife, fue hallado este jueves por el robot submarino de rastreo del buque oceanográfico ‘Ángeles Alvariño’. El cadáver se hallaba a unos 1.000 metros de profundidad, hasta donde se desplazó el submarino no tripulado con el que cuenta el buque.
Este vehículo especializado en búsquedas bajo el agua cuenta además con un potente sistema de iluminación de 17.000 lúmenes y tiene integrados dos equipos para medir temperatura, presión y salinidad. También incorpora dos brazos manipuladores hidráulicos de precisión para la recogida de elementos. Para facilitar la labor del robot en la búsqueda de las niñas de Tenerife, el ‘Ángeles Alvariño’ realiza una cartografía con una sonda que permite ampliar la resolución de la superficie submarina.
De este modo, el buque localizó la botella de oxígeno y la sábana que fueron la pista definitiva para después encontrar el cuerpo sin vida de Olivia… Y seguirán buscando los cuerpos de su hermana Anna y Tomás Gimeno, el padre.