La salud del pie ha cambiado: éstas son las principales intervenciones para llegar a casa andando
Hoy, gracias a la innovación y la precisión tecnológica, las operaciones del pie son más seguras, menos invasivas

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Durante décadas, las patologías del pie se asociaban a largas convalecencias, cirugías dolorosas y meses de recuperación. Sin embargo, la medicina actual ha transformado por completo ese panorama: hoy, muchas de las intervenciones que antes requerían hospitalización prolongada permiten al paciente levantarse y caminar el mismo día de la operación. La salud del pie ha cambiado, y lo ha hecho gracias a los avances en cirugía mínimamente invasiva, técnicas de anestesia regional y un enfoque más funcional de la recuperación.
Hasta hace apenas dos décadas, operaciones tan comunes como el juanete (hallux valgus), los dedos en martillo o la fascitis plantar requerían amplias incisiones, tornillos y semanas sin apoyar el pie. Hoy, los especialistas en cirugía mínimamente invasiva del pie logran corregir las deformidades mediante incisiones de apenas 2 o 3 milímetros, guiadas por control radiológico en tiempo real.
El Dr. Gómez, cirujano ortopédico explica que la diferencia es enorme. «Antes necesitábamos abrir, separar tejidos y colocar fijaciones visibles. Ahora trabajamos con fresas motorizadas que remodelan el hueso desde dentro, sin apenas cicatriz y con una agresión mínima a los tejidos».
El resultado es que el paciente puede apoyar el pie desde el primer día, con una sandalia postoperatoria especial, y volver a su rutina normal en pocas semanas. «El objetivo es que el paciente llegue a casa andando», resume el especialista.
Juanetes y deformidades: precisión milimétrica
Los juanetes siguen siendo una de las causas más frecuentes de cirugía del pie, sobre todo en mujeres mayores de 40 años. En las técnicas modernas —como la cirugía MIS (Minimally Invasive Surgery)— el hueso se corta y se realinea mediante incisiones microscópicas, sin necesidad de retirar tornillos en la mayoría de los casos.
El dolor postoperatorio es mucho menor, y las complicaciones, más infrecuentes. También ha mejorado el tratamiento de las deformidades menores: dedos en garra, metatarsalgias o neuromas. La clave está en corregir la estructura del pie sin alterar su función, para evitar recaídas.
Fascitis plantar y espolón calcáneo
Otra de las intervenciones que ha cambiado la vida de muchos pacientes es la destinada a tratar la fascitis plantar, una inflamación dolorosa en la planta del pie que afecta a quienes caminan o permanecen mucho tiempo de pie.
Cuando los tratamientos conservadores (plantillas, fisioterapia o infiltraciones) no son suficientes, la liberación endoscópica de la fascia permite resolver el problema con una mínima incisión de 3 milímetros. El procedimiento dura menos de 20 minutos y el paciente puede caminar inmediatamente tras la operación.
Tobillos, artrosis y cirugía regenerativa
En el ámbito del tobillo, las técnicas artroscópicas han sustituido a las antiguas cirugías abiertas. Con dos pequeñas incisiones se pueden eliminar cuerpos libres, tratar lesiones del cartílago o incluso regenerarlo mediante plasma rico en plaquetas (PRP) o células madre mesenquimales.
El envejecimiento de la población ha incrementado los casos de artrosis de pie y tobillo, pero los avances en prótesis parciales y materiales biocompatibles ofrecen hoy soluciones más duraderas y funcionales.
Recuperación acelerada y fisioterapia avanzada
El éxito de estas técnicas no sólo radica en la cirugía, sino también en los protocolos de recuperación rápida. La anestesia local y regional evita el uso de opioides, y los programas de rehabilitación comienzan desde el primer día, con ejercicios suaves de movilidad y carga progresiva.
Ya no hablamos de reposo absoluto, sino de movimiento controlado. Cuanto antes se recupere la función, mejor cicatrizan los tejidos. Además, la incorporación de plantillas personalizadas y escáneres 3D permite ajustar el apoyo y prevenir nuevas lesiones.
El pie, esa estructura que soporta todo el peso del cuerpo, ha sido durante años uno de los grandes olvidados de la medicina. Hoy, gracias a la innovación y la precisión tecnológica, las operaciones del pie son más seguras, menos invasivas y con resultados más rápidos.