Proteínas en la alimentación de tus hijos: en qué alimentos están y cómo introducirlas en su dieta

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Proteínas en la dieta de los niños. @Istock

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Nuestro organismo necesita proteínas de los alimentos que ingerimos para fortalecer y mantener los huesos, los músculos y la piel. Es importante tener una alimentación equilibrada donde estén presentes nutrientes esenciales para estar sanos y completos a cualquier edad, pero cuando somos niños aún más. La base de la alimentación completa del presente será clave en la buena salud del futuro.

Entre las recomendaciones dietéticas, destacan la ingesta diaria de alimentos ricos en proteínas como la carne, el pescado, las legumbres y el huevo. Estos alimentos favorecen el desarrollo y crecimiento de los órganos y tejidos, favorecen el correcto desarrollo del sistema inmunológico del niño y le proporcionan energía en su día a día.

La mezcla de estos alimentos con la verdura, sobre todo en las comidas principales del día, es una combinación perfecta para alimentar a los pequeños. ¿Cómo lo podemos hacer? Sencillo. Lo podemos cocinar en forma de cremas, cocinados o desmigados en pequeños trozos.

Es importante recordar, explican desde la consulta de Enfermería pediátrica del Hospital Quirónsalud San José, que los alimentos se introducen de uno en uno con el fin de valorar la tolerancia a los mismos, ya que, además, la aceptación de una nueva textura o un nuevo sabor requiere varias pruebas. Advierten, además, que «el niño puede rechazar un alimento en un primer momento, pero eso no significas que no le guste, así que es importante que se lo demos en más ocasiones».

«Para que os hagáis una idea, se recomienda que, a la semana, los niños consuman 3 o 4 veces carne (30-50 gramos cada vez), 3 o 4 veces pescado (50 gramos cada vez), 2 veces legumbre (30- 40 gramos en crudo) y 2 o 3 huevos», detallan los mismos especialistas pediátricos.

La riqueza de las carnes blancas y cuidado con los productos de casquería

En primer lugar, haciendo alusión a las carnes, los especialistas en nutrición pediátrica explican que la carne de vaca, pollo, conejo, pavo, cordero constituye «una importante fuente de hierro para los niños. El valor nutritivo de la carne blanca es similar al de la carne roja; aprovechad eso y disfrutad de una dieta variada y, además, divertida».

Por otro lado, también comentan que, aunque hace unos años se pensaba que los productos de casquería (hígado, sesos) eran un buen producto para alimentar a los niños, «en la actualidad no se recomienda su consumo por el elevado contenido en grasas y colesterol, así como la posibilidad de portar parásitos o sustancias tóxicas».

Sí rotundo a los pescados

En cuanto al pescado y su introducción en la dieta de los niños, aconsejan comenzar con los pescados blancos como la merluza, el gallo o el lenguado. «Este tipo de pescados se digiere mejor al tener menos grasa», añaden.

«Los pescados azules como el salmón, la sardina o el boquerón se pueden dar a partir del año de vida. Debido a la alta concentración de mercurio, los menores de tres años deben evitar consumir emperador, cazón, tintorera o atún rojo», concluyen los especialistas.

Legumbres y huevos, dos básicos estupendos

Las legumbres también son una fuente importante de proteínas, vitaminas, fibra e hidratos de carbono que debemos ofrecer en pequeñas cantidades. «Para mejorar su tolerancia digestiva podemos ofrecérselas sin piel o pasadas por el pasapurés, así como combinarlo perfectamente con el puré de verduras o el arroz», explican.

Con respecto a los huevos, detalla que, a pesar de lo que se piensa, no se ha demostrado que retrasar la ingesta de este alimento tenga efecto protector e impida la aparición de intolerancias o alergias en el futuro. Por ello, destacan, «no debemos tener miedo y, poco a poco, incorporarlo como parte de la alimentación complementaria».

El huevo debe ofrecerse cocido e introducirse de cuarto en cuarto, progresivamente. Primero un cuarto de la yema cocida y tres o cuatro días después, una vez valorada su tolerancia, aumentamos a dos cuartos de yema cocida. «Es un proceso lento, no tengáis prisa. Cuando hayamos introducido la yema completa, iniciaremos la misma pauta con la clara», aconsejan.

Por último, concluyen desde la consulta de Enfermería pediátrica del Hospital Quirónsalud San José, «disfrutad de cada momento de su infancia y tened paciencia. Recordad que somos un ejemplo para nuestros hijos por lo que nuestra dieta, además de sana, debe ser variada y rica en texturas, colores y sabores. Probad y ofreced».

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