Limitar la sal a 6 gramos al día ayuda a mantener los riñones limpios y sanos
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La alimentación es una parte fundamental de nuestra vida, ya que los nutrientes que obtenemos de los alimentos son la fuente principal de energía y la materia prima que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente. Una alimentación adecuada es esencial para prevenir enfermedades y mantener una buena salud. En la actualidad, las enfermedades crónicas relacionadas con la dieta, como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardíacas, están en aumento en todo el mundo, lo que pone de manifiesto la importancia de una alimentación saludable.
Entre las pautas más conocidas para cuidar los riñones está la de comer poca sal, tal y como explican en la web WorldKidneyDay, que es una organización internacional sin ánimo de lucro que se dedica a realizar esta campaña mundial para concienciar sobre la importancia de los riñones y evitar la enfermedad renal, el consumo debe limitarse a 5 o 6 gramos al día. Hay que evitar los productos altamente procesados, así como dejar abusar de los lácteos, ya que favorecen la aparición de cálculos biliares e insuficiencia renal. El agua es fundamental para limpiar los riñones. Hay que beber lo suficiente para eliminar a través de la orina los elementos nocivos que se ingieren, tal y como indican desde la Sociedad Española de Nefrología (SEN), hay que tomar dos litros al día.
Según el Centro de Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que es el organismo encargado de prevenir, vigilar y luchar contra las enfermedades, hay una serie de alimentos que benefician la salud de los riñones y por extensión del organismo en general.
- Frutas: las más depurativas y beneficiosas para los riñones son los frutos del bosque, la manzana, las uvas, las manzanas y las ciruelas.
- Verduras: los vegetales de hojas verdes, la coliflor, la cebolla, la berenjena y el nabo son las que más favorecen la depuración del organismo.
- Frutos secos y legumbres: su contenido en omega 3 y omega 6 hace que sean muy beneficiosos para el control del colesterol y para la salud renal.
- Pescado azul: los pescados grasos como el salmón, la trucha y el atún son ricos en ácidos grasos omega-3, los cuales pueden ayudar a reducir la inflamación y proteger la salud renal. Todos los alimentos que son saludables para el corazón evitan que la grasa se acumule en sus vasos sanguíneos, corazón y riñones.
- Leche, yogurt y queso: consumirlos semidescremados o descremados para reducir la grasa y facilitar su digestión.
- Huevos: son una buena fuente de proteína, pero también son bajos en potasio.
Dieta nefroprotectora
En todo momento debemos asegurar un estado nutricional adecuado mediante una dieta completa y equilibrada, que cubra los requerimientos energéticos y proteicos, y que aporte suficientes hidratos de carbono, lípidos y proteínas, así como minerales y vitaminas. Con motivo del Día Mundial del Riñón, desde la web de Kidney Fundation que es la una organización internacional que adopta una estrategia integral para acabar con la enfermedad renal, nos indican qué tenemos que hacer para seguir una dieta nefroprotectora:
- Ingerir la cantidad adecuada de proteínas: tomar una cantidad insuficiente de proteínas puede provocar debilidad en la piel, el pelo y las uñas pero ingerir una cantidad excesiva puede obligar a los riñones a sobre-esforzarse. Por eso lo mejor es tomar productos con mucha proteína y poca grasa como son la carne de pollo y pavo (aves), huevos o carnes magras.
- Comer hidratos de carbono procedentes de cereales integrales: lo mejor es comer cereales integrales e hidratos de carbono saludables, como la fruta y la verdura. Entre los hidratos de carbono perjudiciales están el azúcar, la miel, los dulces duros, los refrescos y otras bebidas azucaradas.
- Vigilar las calorías: hay que mantener un peso saludable y para ello, es necesario ajustar la cantidad de calorías que se ingieren en función de la edad…
- Menos sodio: la sal está presente de forma natural en muchos alimentos y es suficiente para satisfacer las necesidades del organismo. Los alimentos procesados y añadir sal en la preparación de los platos puede dar lugar a un exceso poco beneficio para el organismo porque provoca más sed, hace que se retengan líquidos y puede aumentar la tensión arterial. Para limitar la ingesta de sal, se puede sustituir por hierbas y especias.
- Comer menos y mejor: en general, comer poca cantidad de todo es la mejor manera de nutrirse y controlar la dieta. Hay que comer despacio, masticar bien y dejar de comer cuando se esté saciado.
- Tomar mucha agua: mantenerse hidratado es muy importante para la salud de los riñones. El agua ayuda a eliminar los residuos y toxinas del cuerpo.
- Mantenerse activo: es fundamental seguir una vida activa. Tal y como indican en la SEN, hacer ejercicio regularmente y actividad física diaria mantiene la presión arterial normal y el control de la glucosa a nivel sanguíneo. La actividad física elimina el riesgo de diabetes e hipertensión arterial y por lo tanto reduce el riesgo de enfermedad renal crónica.
Técnicas de cocina recomendadas
Desde la Fundación Renal Ínigo Álvarez de Toledo, que se creó en 1982 en memoria de quien fuera el primer presidente de la Asociación Lucha contra las Enfermedades Renales (ALCER), un enfermo renal que dedicó su vida a la luchar por los derechos de estos pacientes, indican que la concentración en los alimentos de las sustancias que tienden a acumularse con la insuficiencia renal puede variar según la técnica de cocinado que utilicemos:
- Cocción: de todas las técnicas, la cocción en agua es la más recomendada, no supone un aporte extra de calorías y en el caso de las verduras, al hervirlas se produce una pérdida de potasio.
- Las cocciones al vapor, en el horno, plancha o microondas, no son las más recomendables para elaborar verduras porque no van a eliminar el potasio.
- Doble cocción: se recomienda una primera cocción o escaldado, desechar el líquido y volver a cocer en agua nueva para eliminar el potasio con mayor efectividad.
- Remojo previo: cortar y pelar los vegetales en trozos pequeños para aumentar la superficie de contacto con el agua cuando se ponen en remojo, así facilitará una mayor eliminación de potasio. Se debe cambiar el agua de remojo de verduras, hortalizas y también en el caso de las legumbres una o dos veces para una mayor eliminación de potasio.
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