El fármaco para la obesidad, la nueva ‘aspirina’ del siglo XXI: ahora mejora la salud de personas con VIH

Este tratamiento puede ser clave para poder controlar los problemas metabólicos que a menudo causan los medicamentos contra el VIH

Ozempic, utilizado para tratar la diabetes y otros agonistas del GLP1, se asocia a un menor riesgo de desarrollar cirrosis y cáncer de hígado

Ozempic cáncer
Uno de los nuevos tratamientos del medicamento actual para la diabetes.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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En los últimos meses, el milagro Ozempic no parado de crecer. Además de ser un fármaco hasta ahora exclusivo para la diabetes y recientemente tras varios estudios demostrar que también puede ser capaz de acabar con la obesidad, podría tener otros tantos beneficios para la salud ,según las últimas investigaciones, convirtiendo a su principio activo como la nueva aspirina del siglo XXI. Si su efectividad era plena en el tratamiento para diabéticos, ahora se lo relaciona con mejoras muy señaladas en pacienes con VIH.

Durante la Conferencia sobre el Retrovirus e Infecciones Oportunistas en Denver, Colorado, se ha marcado el nuevo camino de este tratamiento para su uso en personas con VIH al reducir ciertas condiciones asociadas con la acumulación de grasa que son especialmente comunes en personas infectadas con este virus.

Como se señala en la revista Nature estos pacientes, de confirmarse los primeros datos sobre los efectos de este tratamiento, sería clave para poder controlar los problemas metabólicos que a menudo causan los medicamentos contra el VIH. Y es que, la semaglutida, según Daniel Lee, Médico de la Universidad de California en San Diego, en personas con complicaciones metabólicas por el uso de terapias contra el VIH, alrededor del 20% de los pacientes, ya reciben semaglutida u otros medicamentos de la misma clase.

«En general, hemos tenido muy buenas experiencias con estos medicamentos, pero hasta ahora, pocos estudios han analizado el efecto de los exitosos medicamentos contra la obesidad en personas con VIH» señala este reputado doctor.

Así, con estas investigaciones, se ha demostrado que estas terapias se han asociado con una acumulación anormal de grasa . «Una afección que afecta entre el 30% y el 40% de las personas con VIH es la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica, que se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado . A medida que la afección progresa, puede provocar insuficiencia hepática y enfermedades cardiovasculares», se señala en esta revista científica.

Reduce la enfermedad hepática grave

-Ozempic-utilizado para tratar la diabetes- y otros agonistas del GLP1 se asocian a un menor riesgo de desarrollar cirrosis y cáncer de hígado en personas con diabetes de tipo 2 y enfermedad hepática crónica, según un estudio nacional del Karolinska Institutet de Suecia publicado en la revista Gut.

Los agonistas del GLP1 como Ozempic reducen los niveles de azúcar en sangre y se utilizan principalmente para tratar la diabetes de tipo 2. Sin embargo, como el fármaco también reduce el apetito, ahora se utiliza cada vez más para tratar la obesidad y se ha convertido en un popular medicamento para perder peso.

Los resultados de los primeros ensayos clínicos también sugieren que los agonistas del GLP1 pueden reducir el riesgo de lesiones hepáticas. Por ello, investigadores del Karolinska Institutet incluyeron a todas las personas de Suecia con hepatopatía crónica y diabetes de tipo 2 en un estudio basado en registros.

Cáncer cerebral

Un estudio reciente, ha marcado una nueva línea de actuación en cuanto a los medicamentos antidiabéticos, conocidos como glitazonas. Al parecer, a largo plazo, las personas que están bajo su uso, tienen un menor riesgo de cáncer cerebral primario y secundario en comparación con los pacientes diabéticos que toman otros medicamentos, indica la investigación de la Universidad de Bristol (Reino Unido).

El estudio sugiere que estos medicamentos podrían reutilizarse para prevenir la metástasis cerebral en pacientes con cáncer que tienen un alto riesgo de cánceres secundarios, si la investigación actual está respaldada por estudios futuros.

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