Carmen Romero: “Es esencial transmitir a los niños un mensaje de comprensión y aceptación de lo acordado”

Carmen Romero
Carmen Romero.

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Carmen Romero, psicóloga infantil, nos ofrece unos consejos sobre cómo sobrellevar la separación en navidad de los hijos con respecto a uno de los progenitores en caso de divorcio.

Nos hemos separado esta navidad y es la primera vez que vamos a tener que repartirnos. ¿Cómo se explica esto?

Cuando hay una separación se activan una serie de nuevos escenarios que crean inestabilidad a todos los miembros de la familia. Existe un periodo de adaptación a la nueva situación y no siempre es fácil de gestionar. Hay que tener paciencia y darle tiempo al tiempo. Sin embargo, es una realidad que no es fácil convivir con la inestabilidad emocional que está muy latente, especialmente el primer año tras la separación. Desgraciadamente, es inevitable encontrarse con situaciones complicadas de gestionar. Así, que debemos estar preparados y prever alguna situación que sabemos que deberemos pasar.

La comunicación fluida con nuestros hijos es determinante. Poner encima de la mesa el escenario con el que nos vamos a encontrar libera de tensiones a todos los participantes. Y eso nos invita a hablarlo, normalizarlo y poder aceptarlo con mayor facilidad.

Aunque puede parecer evidente que, si estamos separados, deberemos celebrar las Navidades separados también, muchos niños no se lo plantean. Suele ocurrir que piensan que va a ser una Navidad como siempre hasta que se encuentran en la situación.

Generalmente les coge por sorpresa y cualquier opción diferente en la celebración navideña cuesta encajar. Por eso, para dar tranquilidad y evitar que el conflicto se active, es muy recomendable hablar unos días antes sobre cuáles serán los planes para las primeras fiestas navideñas con esta nueva situación. Saber cómo va a ir, les dará mayor tranquilidad. Y aunque no siempre coincide con sus deseos, seguro que estarán más preparados para afrontar las dificultades de la fecha en cuestión.

¿Qué pasa si lloran y se niegan a elegir?

Las navidades son las fechas familiares por excelencia. Cuando venimos de una separación, la familia es un punto complicado de tratar. Se han dado muchos cambios y generalmente acompañados de conflictos y ciertas discusiones. Por eso, durante estas fechas es normal que los sentimientos estén a flor de piel, especialmente para los pequeños de la casa.

Para facilitar estos momentos es mejor dar unas indicaciones claras, de forma respetuosa y justificada para que los niños no tengan que tomar decisiones que a menudo les quedan grandes.

Es normal que estén desbordados y que en ocasiones se pongan a llorar.  Vamos a poner el camino fácil para evitar más tensiones de las que de forma natural pueden surgir.

En primer lugar, intentaremos llevar un discurso coherente, determinante y común a los dos padres. Por otro lado, les daremos, en todo momento, espacios para hablar y para explicar el porqué de las decisiones tomadas. Es esencial transmitir un solo mensaje que facilite la comprensión y aceptación de lo acordado. Intentaremos también avanzarnos a sus dudas y malestares para que se sientan comprendidos y respetados. Les liberaremos de cualquier tipo de responsabilidad. Si la situación es la que es, se debe a conflictos entre la pareja y nada tiene que ver con los hijos.

El niño debe entender que sus padres lo siguen queriendo y que, por él, se esforzarán por darle el mejor ambiente.

¿Qué pasa si me llaman para que los recoja porque no paran de llorar?

Dependiendo de la edad del niño, suele ser común que al echarnos de menos o sentir la separación en estas fechas familiares, lo expresen con lloros.

Sin embargo, es una nueva realidad a la que deben acostumbrarse. Estar con uno o con el otro debe ser siempre una buena opción y así lo deben sentir.

Por nuestra parte, debemos demostrarle que el otro progenitor lo quiere, es bueno y siempre cuidará de él. Debemos transmitir respeto hacia la persona que nosotros habíamos elegido progenitor de nuestros hijos, aunque ahora la relación haya cambiado.

Si se nos pone a llorar, debemos conectar con sus emociones, normalizarlas y explicarle que son tiempos difíciles y que para pasarlos con la máxima tranquilidad podemos buscar soluciones juntos que nos ayuden a pasar unas mejores fiestas.

El sentimiento de equipo tranquiliza mucho al niño al igual que sentirse entendido y acompañado por sus padres.

¿Es aconsejable llevarlos antes a una sesión con una terapeuta?

El trabajo con un terapeuta siempre es un buen comodín para conseguir estabilidad emocional.

Es común que cuando nuestros hijos viven sus primeras navidades en el escenario de la separación, sus emociones varíen como si estuvieran montados en una montaña rusa. Pueden pasar del llanto a la risa en cuestión de segundos. Es un coctel de emociones que no siempre es fácil de manejar. Sin lugar a duda, los padres, que también están pasando lo suyo, se suelen confundir con las reacciones de sus pequeños. Pero debemos intentar empatizar y tenerlo presente para no desesperarnos.

En muchas ocasiones de separación es muy posible que los niños necesiten el acompañamiento de un terapeuta.  Aunque los padres pueden también hacer un gran trabajo. Posiblemente, lo más efectivo es que los padres contacten con un profesional que los nutra de pautas y herramientas para ser más asertivos en estas fechas tan delicadas. Y en los casos necesarios, que el niño pueda tener también su espacio para aprender a manejar las distintas situaciones conflictivas.

¿Deberíamos hablarlo juntos con los niños antes de que suceda esto?

Por supuesto que sí, ser previsores nunca está de más. Dejar para último momento conversaciones importantes no suele tener un buen resultado. Hay que actuar con tiempo y desde la calma. Buscar un buen momento en el que nuestro hijo esté receptivo para hablar de aspectos que le pueden costar. Pero debemos tener en cuenta que, en el momento que se hablan las cosas, conseguimos que se normalicen. Y se liberan muchas tensiones que son duras de acarrear.

Hay varios temas que son nuevos en la familia y muchos de ellos ni siquiera pensamos que pueden aparecer. Por eso, al hablarlo con anterioridad podemos hacer un buen trabajo preventivo y dotar a nuestro pequeño de tips prácticos que aligeran la situación.

¿Qué debo hacer si mis hijos me cuentan que en la cena de navidad han estado hablando muy mal de mí?

Es muy posible que, durante las fechas navideñas, en las que se reúne la familia y se come y se bebe en exceso, llegue a nuestros oídos comentarios poco afortunados o desagradables de nuestra expareja y su familia. Sin embargo, es muy importante guardar la calma antes esta delicada situación.

El respeto hacia la expareja es determinante para nuestros hijos. Debemos ser consecuentes con la decisión que un día tomamos en el momento que decidimos tener hijos. No debemos olvidar que fuimos nosotros los que elegimos a esa persona para ser padres. Y aunque la relación ha podido cambiar mucho, nuestro hijo no debe oír malos comentarios hacia uno de sus progenitores en ningún momento.

Criticar a uno de los padres es dañar directamente al niño. Si es cierto que esa situación es más común de lo que debería, no debe invitar a que la otra parte haga lo mismo. Es decir, que al conocer las críticas que nos han hecho, debemos evitar contraatacar con más críticas. Evitemos hacer la bola más grande.

Si de verdad queremos lo mejor para nuestros hijos, hay que hacer un gran esfuerzo por mantener el respeto y la armonía con la expareja. No debemos olvidar que la expareja sigue siendo un gran pilar nuestro hijo.

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