Las mejores dietas para perder peso de manera sana
El proceso de adelgazamiento debe tener sus pautas. Apunta estas tres dietas para bajar de peso de forma sana. No es incompatible con el sabor, puedes disfrutar de todo.
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Mantener nuestro peso puede ser una tarea difícil si no iniciamos una serie de cuidados específicos para evitar consumir más calorías de las que el cuerpo reclama a diario, pero tampoco debemos optar por cualquier tipo de régimen alimentario. Por esto es necesario saber cuáles son las mejores dietas para perder peso de manera sana.
En este sentido, es mejor quedarse con aquellas dietas que no prometen milagros, sino simplemente bajar de peso a medio o a largo plazo, y que no se basan en prohibiciones ridículas ni en larguísimas horas de ayuno, sino que consideran cuáles son las necesidades primordiales que tiene nuestro metabolismo.
De hecho, antes de recomendarte algunas dietas para perder peso de manera sana, déjanos decirte que podrás identificar las que son saludables porque no sentirás que te estás privando de nada. Realmente no deberías sufrir este proceso para adelgazar o mantener tu peso en equilibrio.
Conoce las mejores dietas para perder peso de manera sana
Dieta mediterránea
La gastronomía que se ha gestado a lo largo de la historia en las costas del norte del Mar Mediterráneo es de las más apreciadas en el mundo entero. A pesar de que como toda regla tiene sus excepciones, en líneas generales representa el equilibrio ideal entre sabor y calidad.
Uno de sus principios básicos es incluir una amplia gama de alimentos naturales, de fuentes diversas. Verduras, lácteos, aceite de oliva y frutos secos forman parte de los ingredientes frecuentes. Lo mismo que pescados y frutos frescos, junto con los vinos; pan y cereales como el trigo también van incluidos.
Parte de los beneficios que ofrece la conocida dieta mediterránea: reducción de los riesgos de accidentes cardiovasculares o de padecer la enfermedad de Parkinson. Previene la diabetes y el cáncer, mejora la función cognitiva y proporciona una alta cantidad de antioxidantes. Un dato no menor, como parte de esta buena dieta para bajar de peso, el consumo de conservantes y otros químicos disminuye considerablemente.
Probablemente la mejor dieta del mundo sea la mediterránea, algo en lo que coinciden numerosos expertos internacionales en la materia, que advierten que la inclusión de carnes, frutas, verduras, pescados, cereales integrales y aceite de oliva reúne todo lo que le hace falta al organismo.
La clave de su éxito está en dejar de lado los azúcares y las grasas saturadas, comunes en los alimentos ultraprocesados, y que tendrás que intentar evitar en toda clase de dietas.
Menú diario
Para el desayuno: una rebanada de pan integral, aderezado con un poco de aceite de oliva. Una taza de café con leche desnatada sin azúcar, en compañía de un vaso de zumo de naranja natural. Para los que prefieran algo un poco más ‘sustancioso’, los huevos al estilo mediterráneo son la opción ideal.
Al mediodía, un plato de lentejas con guisantes y zanahorias. Ensalada de pepino, tomate, aceitunas verdes y el infaltable chorrito de aceite de oliva es un excelente complemento. De postre, una manzana o fresas con nata.
El cierre de la jornada puede ir acompañado por una ensalada mixta y pescado al horno con patatas asadas. No hay que olvidar las meriendas y los aperitivos. Las frutas frescas son muy apreciadas y también se puede optar por trozos de queso bajo en sal con miel de abejas.
DASH
Dietary Approaches to Stop Hypertension. O lo que es lo mismo: dieta enfocada en enfrentar la hipertensión. A esta clase de menú tan específico no es extraño que se le relacione con el sobrepeso. Después de todo, se trata de una consecuencia directa de la obesidad, más allá de que no sea la única causa probable.
Lo primero a destacar: es un régimen de comidas bastante variado. Incluye cereales, pescados y carnes de todo tipo, así como legumbres, aunque de forma limitada. La parte importante recae sobre frutas, verduras y lácteos bajos en grasas. Todos los carbohidratos, azúcares refinados y el alcohol se reducen a su mínima expresión. Mientras que las grasas saturadas quedan completamente excluidas.
Además del control sobre la presión arterial, esta dieta reduce los riesgos de enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares. Controla y previene la diabetes, termina con los excesos de colesterol malo en la sangre y reduce las probabilidades de padecer cálculos renales.
Aunque no es tan conocido en España como la dieta mediterránea, la DASH es habitual en países como los Estados Unidos, donde la sigla se traduce como Dietary Approaches to Stop Hypertension o “enfoque alimenticio para detener la hipertensión”, que es el objetivo con el que se la creó.
Queda claro que es una dieta limitada en calorías, probada por instituciones médicas y que da muy buenos resultados para las personas que conviven con cuadros de hipertensión alta y quieren controlarlos.
Jamón y vino
¿Una dieta para bajar de peso con jamón y vino de protagonistas? Aunque a muchos les pueda sonar inverosímil, se trata de una opción sana, con resultados comprobables. Sin que se deba renunciar a dos ingredientes sumamente apreciados por su sabor.
Es un régimen hipocalórico, en el que las frutas, verduras y proteínas de origen no animal tienen un peso específico. Las ‘cuotas’ de los ingredientes principales son: una copa de vino al día, (nunca antes de conducir) y dos rebanadas de jamón ibérico como parte de los desayunos y las cenas.
Café con leche desnatada sin azúcar, panes integrales (preferiblemente no durante el almuerzo), yogur y nueces son buenos acompañantes. De las frutas no se recomiendan plátano, mango y melón. Como postre, una taza de chocolate puro.
Dietas para bajar de peso: comer sano no basta
La actividad física frecuente es un requisito indispensable para mantener el peso ideal. No basta solo con comer saludable, los seres humanos somos integrales. Además de cuidar lo que comemos, también tenemos que movernos. Hay que ejercitarse.
Dieta flexitariana
Muy de moda en los últimos años, la dieta flexitariana es una dieta vegetariana, con un poco más de flexibilidad, especialmente a la hora de reuniones sociales o durante los fines de semana, en los que estas personas se dan la posibilidad de comer pequeñas porciones de carne; mientras que los demás días la reemplazan por proteínas vegetales, las propias de los cereales integrales y de las legumbres.