El error que cometemos todos al embarcar en los aviones, según una auxiliar de vuelo
Una auxiliar de vuelo en Lufthansa explica los fallos más recurrentes a la hora de embarcar
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Agosto es un mes de locura en los aeropuertos. Basta con ir a uno de ellos, para ver maletas por todas partes, colas que no se acaban nunca y gente con cara de poder irse de vacaciones de una vez por todas. Y aunque son muchas las personas que llevan años volando, todavía hay fallos que se cometen casi sin pensar. En concreto, hay un error a la hora de embarcar en los aviones, que repiten muchos pasajeros tal y como ha explicado una auxiliar de vuelto de Lufthansa.
Esta auxiliar de vuelo ha querido explicar que existe un fallo que casi todos cometemos justo a la hora de embarcar en los aviones. Y no, no tiene que ver con el móvil ni con el cinturón de seguridad. Es algo mucho más cotidiano: meter la mochila o el bolso directamente en el compartimento de arriba. Suena algo que para nosotros es normal, pero que en realidad no lo deberíamos hacer. dado que los compartimentos están pensados para maletas grandes, no para mochilas pequeñas. Pero lo hacemos por costumbre, y sin darnos cuenta de que eso puede desatar un pequeño caos innecesario.
El error que cometemos al embarcar en los aviones
Es una escena que seguro has vivido: entras al avión, avanzas por el pasillo con tu equipaje de mano y, en cuanto ves un hueco libre en los compartimentos superiores, colocas tu mochila o bolso arriba. Y si no hay espacio, lo buscas aunque sea tres filas más adelante de tu asiento.
Pues bien, ese hueco no es para tu mochila. Es para maletas grandes, carritos de bebé o equipaje que realmente no cabe en otro sitio. Y todo lo que sea bolso de mano o mochila debe ir debajo del asiento. Es algo que sabemos pero que a veces se nos olvida y nos lleva a cometer un fallo que por otro lado, retrasa siempre a los auxiliares de vuelo que tienen que acabar bajando esas mochilas para que quepan bien todas las maletas.
Piensa que si no caben las maletas grandes arriba, se acaban llevando a la bodega en el el último momento. ¿Y cuál es el resultado de todo eso? Más retrasos, más estrés y más frustración para todos, incluidos los auxiliares de vuelo, que bastante tienen ya con controlar todo lo demás.
Lo que observa la tripulación mientras tú buscas tu asiento
Mientras los pasajeros se acomodan y buscan hueco para sus cosas, los auxiliares de vuelo no sólo saludan con una sonrisa. Están atentos a todo. Según cuenta esta auxiliar de Lufthansa, el embarque al avión es uno de los momentos más importantes del vuelo para detectar posibles incidentes. ¿El motivo? Es cuando pueden ver con claridad si hay alguien alterado, bajo los efectos del alcohol o con una actitud que podría desencadenar conflictos en el aire.
Y no es casualidad que a veces los veas intercambiar miradas o comentarios discretos entre ellos. Se están pasando información. La tripulación tiene protocolos muy definidos para detectar y comunicar posibles riesgos antes de que el avión despegue. Si algo no cuadra, lo comunican. Si alguien parece conflictivo, lo tienen en cuenta. Y eso, aunque no lo notemos, puede evitar muchos problemas durante el vuelo.
Distinguir a los viajeros experimentados de los novatos
Hay comportamientos que, para la tripulación, son señales claras de quién está acostumbrado a volar y quién no. Por ejemplo, esa manía de levantarse en cuanto el avión toca tierra, aunque la señal del cinturón siga encendida. O abrir los compartimentos de equipaje antes de tiempo, con el riesgo que eso supone si una maleta cae de forma inesperada. Quienes vuelan con frecuencia, en cambio, saben esperar, miran a su alrededor y siguen las instrucciones.
No se trata de dar lecciones ni de señalar a nadie, pero está claro que hay gestos que marcan la diferencia. Y no por una cuestión de educación, sino por puro sentido práctico. Un viaje en avión, sobre todo en temporada alta, es un proceso colectivo. Cuanto más conscientes seamos de nuestro papel dentro de ese engranaje, más fácil será para todos.
El verdadero trabajo de los auxiliares
A menudo pensamos en la tripulación como quienes reparten bebidas, repiten las medidas de seguridad y se pasean por el pasillo con una bandeja. Pero su trabajo va mucho más allá. Ellos son los responsables directos del bienestar y la seguridad a bordo. Su tarea incluye observar, anticiparse y actuar si algo no va bien. Lo hacen con discreción, pero con una preparación detrás que muchas veces ignoramos.
Y precisamente por eso, esta auxiliar insiste en algo que parece básico, pero que sigue siendo necesario repetir: escucha las indicaciones, sigue las normas y no subestimes los pequeños detalles. Colocar bien el equipaje, mantener el pasillo libre, esperar a que sea seguro levantarse. Todo eso ayuda y en definitiva, es bueno para todo el pasaje.