Giro de 180º para estos propietarios: el cambio que llegará a España a partir de este día
Un cambio que será obligatorio en las viviendas que se quieran vender o alquilar a partir de 2030
El 13% de las viviendas vendidas en idealista en el segundo trimestre estuvo menos de una semana anunciada
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Durante años, tener una casa antigua ha sido algo que sólo preocupaba si al vivir en ella se deseaba alguna mejora o reforma. De hecho, muchas familias han seguido viviendo en viviendas heredadas de padres o abuelos, sin hacer cambio alguno más allá de renovar muebles o cambiar la caldera. Pero a partir de 2030, millones de propietarios en España tendrán que ponerse al día en cuanto a eficiencia energética se refiere, ya que es algo que exige Europa.
Muchas de las casas en España ya no cumplen los nuevos requisitos de eficiencia energética, de modo que lo antes era una casa vieja, ahora será una vivienda fuera de la normativa. Y eso trae consecuencias dado que no se trata de recomendaciones o ideas para mejorar. Es obligatorio. Y quien no se adapte, puede tenerlo muy difícil para vender o alquilar en el futuro. Y el plazo no es amplio. En menos de cinco años, las viviendas con clasificación F o G tendrán que renovarse. No es opcional. Y estamos hablando de reformas importantes como aislamiento, ventanas nuevas, sistemas modernos de climatización. Y ese es sólo el principio. La idea de la UE es que, para 2033, todas las casas estén como mínimo en clase D, de modo que es un cambio al que los propietarios no pueden eludir y que deberán aplicar en el caso de querer vender o alquilar su vivienda.
El cambio al que se enfrentarán los propietarios de vivienda
En España, muchísimas viviendas tienen más de 40 años. De hecho, es lo más habitual. Y claro, muchas de ellas fueron construidas cuando nadie hablaba de eficiencia energética ni de aislamiento, por lo que tienen sistemas de calefacción o de ventilación que están caducos y que además gastan más de la cuenta.
Por ello, muchos van a tener que adaptarse ya que lo que se pretende es reducir el impacto ambiental que supone ese consumo extra, totalmente evitable si la casa estuviera bien preparada. Por eso la normativa europea no deja lugar a dudas: quien tenga una vivienda con mal rendimiento, tendrá que reformarla. Con tiempo, sí, pero sin que se pueda evitar.
¿Y si tu casa está entre las afectadas?
No todo el mundo sabe qué letra energética tiene su casa, y es normal. Pero hay señales. Si tu vivienda es anterior a 1980, y no ha pasado por una reforma seria desde entonces, es muy probable que esté en F o G. Esas son las que van a tener que adaptarse.
Y si te preguntas en que te deberías fijar, pues en cosas como el hecho de tener ventanas de un solo cristal, moho en las paredes, calderas viejas, sensación de frío aunque pongas la calefacción o de calor asfixiante en pleno julio. Casas que no tienen toldos ni protección solar, o que están mal ventiladas. Y si además vives en una zona cálida el problema se multiplica.
Estas son las viviendas en el punto de mira. No es que vayan a precintarlas ni mucho menos. Pero sí se exigirá que mejoren. Fachadas con aislamiento, sistemas más eficientes, materiales que ayuden a mantener la temperatura interior sin tener que tirar de la factura de la luz todo el día. Porque si no se hace, lo que viene después puede ser mucho peor: pérdida de valor, trabas para vender o incluso restricciones legales.
Hay que reformar, pero se pueden pedir ayudas
Hacer reformas cuesta dinero, eso no es ningún secreto. Y más si hablamos de cambios estructurales como aislar una fachada entera o cambiar toda la carpintería exterior. Sin embargo, también hay ayudas. El Gobierno tiene en marcha varios programas de subvenciones y fondos europeos que cubren parte de esos costes. La clave está en que los propietarios se informen bien y no esperar al último momento.
Además, las mejoras tienen beneficios reales. No sólo se trata de cumplir con la ley. Una casa bien aislada, con un buen sistema de climatización y electrodomésticos eficientes, se nota. En la factura de la luz, en la temperatura interior, en la tranquilidad. También en el valor del inmueble. Porque una casa con buena calificación energética vale más y se vende mejor.
Un cambio que no se puede esquivar
Podríamos pensar que esto es una moda o una iniciativa más de Bruselas. Y aunque todavía hay tiempo, no tanto como parece. Si los planes de la UE se cumplen, en sólo cuatro años millones de viviendas deberán haber sido renovadas. Y España, por ahora, no va al ritmo que debería.
En 2021 y 2023 juntos solo se renovaron poco más de 100.000 viviendas. El objetivo es 1,2 millones para 2030. Así que es más que evidente que queda mucho por hacer a pesar del margen que todavía tenemos.
Entonces es momento para que los propietarios comiencen a pensar en el cambio. Quienes vivan en casas muy antiguas, o hereden una vivienda sin reformar, deberán plantearse seriamente por dónde empezar. Porque el giro no es opcional. Y porque lo que hoy parece un gasto, mañana puede ser la diferencia entre poder alquilar o vender esa casa, o no poder hacerlo.