Receta de porridge de cacao puro

El porridge es una preparación procedente de Reino Unido y suele tomarse como desayuno. También como merienda de media mañana. Es básicamente una elaboración de cereales con frutas y frutos secos y constituye, como ya se mencionó, un desayuno típico británico. Su historia es, ciertamente, antigua, aunque haya ingredientes que se incorporaron con la modernidad, como es el caso del porridge de cacao puro. Se trata de un desayuno cien por cien saludable, que va a encantar a todos en casa, incluso a los más pequeños.

Lo cierto es que el porridge, al parecer, lo inventaron los antiguos griegos, y en las islas británicas los celtas le dieron el nombre, convirtiéndose a lo largo de los siglos en el desayuno escocés por excelencia. Se prepara con avena, un cereal extraordinario que ha sido básico en las costumbres dietéticas de muchas culturas. Es un plato completísimo y muy adecuado para salir luego al campo, a enfrentar largas jornadas de trabajo. Hoy en día sigue siendo una preparación tradicional de las HIghlands escocesas.

Resumiendo, y traduciendo, se trata de gachas de avena (¡son riquísimas! Nada que ver con papillas insulsas y otro tipo de preparaciones poco atractivas) enriquecidas con cacao, y si nos apetece, alguna fruta de temporada, para ponerle la guinda al pastel.

Ingredientes:

Cómo preparar la receta de porridge de cacao puro:

1. Mezclar los copos de avena, la leche, el cacao y el sirope y reservar en la nevera un mínimo de 4 horas (si es para el desayuno, se puede dejar desde la noche anterior).
2. Al cabo del tiempo, poner la mezcla al fuego (medio) hasta lograr la consistencia de natilla. Hay que remover constantemente para que no se pegue a la cacerola.
3. Servir en un bol y colocar las frutas congeladas o frescas cortadas en trozos.

Si haces la receta de porridge de cacao puro y pones la fruta congelada, el contraste entre las temperaturas resulta estupendo, pues se templarán al contacto con el porridge caliente. Puedes ponerle una o dos cucharaditas de café soluble a la mezcla, aunque si los peques lo van a comer sería preferible no añadirlo.

Por otra parte, puedes agregarle canela, vainilla, escoger otras frutas, como melocotones, manzanas o coco. También puedes incorporarle frutos secos, que jamás van mal y siempre son benéficos. En fin, la imaginación es la guía. Es un plato resultón, súper nutritivo y, todo hay que decirlo, exquisito. Los británicos, en este caso, merecen un 10.