Receta de bollo turco, revani

La gastronomía de Turquía es una de las más fascinantes del mundo, y esto porque a lo largo de la historia sus habitantes se han encargado de hacer experimentos trascendentales. ¿Qué mejor que esta introducción para aprender una deliciosa receta que llevará a tu mesa un nuevo y delicioso sabor? Un bollo turco que recibe por nombre revani, antes de aprender a prepararlo vale la pena pasarse por la historia de este plato. La historia de la gastronomía turca empieza a tomar forma en los tiempos del Gran Imperio Otomano. Turquía era un territorio estratégico y codiciado para los hititas, los frisios, los griegos, los persas y los romanos, de modo que tiene interesantes fusiones.

El revani es un bollo turco elaborado con sémola de trigo bañado en un almíbar celestial. Se dice que el nombre deriva de uno de los poetas otomanos llamado también ¨Revani¨, se cuenta que este personaje era libertino y que sus obras trataban sobre historias de fiestas, vinos y aventuras alocadas. Esta asociación nos hace pensar en el revani como lo más extravagante de la época. Si bien es una historia difícil de comprobar, el postre está para chuparse los dedos.

La combinación de los ingredientes de este bollo turco aporta beneficios nutricionales que el organismo puede aprovechar. Tiene hidratos de carbono simples como la harina de trigo, el azúcar y la sémola de trigo. Aunque aportan energía, todos deben consumirse con moderación y ese consumo debe acompañarse con una rutina diaria de ejercicios. Este plato también contiene huevos, tan ricos en proteínas que son la referencia para los otros elementos en lo que a estos nutrientes se refiere. Por su parte, la nata y el yogurt griego contienen calcio y vitamina D, que contribuyen con el desarrollo de los huesos y los dientes. Además, contiene vitamina C, gracias al limón y la naranja, un poderoso antioxidante natural que protege a las células sanas del organismo.

Ingredientes:

Para el bizcocho:

Para el almíbar:

• 300 mL de agua
• 200 g de azúcar blanco
• 3 cucharadas de zumo de limón
• 1 vaina de vainilla (con sus semillas secas)

Para la crema:

• 180 g de yogurt griego sin azúcar
• 4 cucharadas de nata para montar
• 2 cucharadas de menta seca
• 20 gramos de pistachos o anacardos pelados y machacados

Cómo preparar revani:

1. Precalentar el horno a 180 grados centígrados.
2. Preparar un molde engrasado (preferiblemente rectangular).
3. Tomar los huevos y dos recipientes. Separar las yemas de las claras.
4. Poner la mantequilla a altas temperaturas para que se derrita.
5. Buscar un bol grande y verter las yemas y la azúcar blanca para batir y dejar una mezcla homogénea.
6. Agregar la harina de trigo cernida y luego la semolina, mientras se remueve.
7. Poner la sal, la ralladura de 1 naranja, la mantequilla y la mermelada de fruta. Batir hasta obtener una consistencia suave e integrada.
8. Tomar otro bol para añadir las claras hasta conseguir el punto de nieve e ir vertiendo las yemas, una a una, mientras se remueve suavemente con movimientos envolventes.
9. Vaciar la mezcla en el molde previamente engrasado y hornear 20 minutos aproximadamente. De vez en cuando se debe ir tanteando si está o no listo con un palillo de madera. Si este sale seco, quiere decir que el bizcocho está ya cocinado.
10. Preparar el almíbar. Tomar todos los ingredientes y ponerlos en una cacerola pequeña y cocinar hasta que lleguen a punto de ebullición.
11. Ir reduciendo el fuego para dejar hervir la mezcla por 10 minutos hasta que tenga una consistencia densa.
12. Dejar enfriar el almíbar.
13. Tomar el bizcocho ya frío y cortar pedazos en forma de rombo de unos 3 centímetros de ancho.
14. Verter el almíbar por encima del bizcocho y desmoldar una vez que se enfríe.
15. Para la decoración, mezclar el yogurt con la nata y colocarla una porción encima de cada trozo del bollo turco cuando se sirva.

Prepara revani un día antes para que disfrutes de sus sabores intensificados: un plato único y especial que todos van a disfrutar. Lleva diversidad a tu cocina y disfruta de la ancestral gastronomía turca.

La magia de este bollo turco reside en su textura y jugosidad. Una sensación que querrás repetir una y otra vez después de la primera probada. Por todo ello, si tu deseo es impresionar a tus comensales y hacer de ese uno de sus momentos culinarios inolvidables, no esperes más y corre a prepararlo.