Sánchez equipara a Franco con Hitler

Podrán revestirlo de los argumentos falsarios que quieran, pero la pretensión de Pedro Sánchez de gastarse 30 millones de euros para resignificar el Valle de los Caídos inspirándose en el Monumento al Holocausto que sirve de memoria del exterminio nazi no tiene otro objetivo, simplificando, que comparar a Francisco Franco con Adolf Hitler. Sánchez pretende «crear un centro de interpretación» paisajístico y artístico del espacio ubicado a las afueras de Madrid, para acabar con un edificio «anclado en la arquitectura totalitaria». El proyecto tiene que ser «respetuoso con la arquitectura» y debe estar sujeto a «valores y principios democráticos que sean inclusivos». «Cuando uno va al Valle de Cuelgamuros, piensa aquí tiene que haber un gran centro de interpretación que recoja todo el proyecto artístico, arquitectónico y paisajístico que interprete el significado». Su espejo, según el Gobierno, es el Monumento del Holocausto de Berlín.
No hay que ser muy sagaz para concluir que lo que busca Pedro Sánchez es poner al mismo nivel al franquismo con el nazismo, lo que con independencia de que España vivió cuatro décadas de dictadura bajo el régimen de Francisco Franco es una comparación odiosa, malintencionada e intelectualmente inconsistente. En suma, un supremo ejercicio de sectarismo ideológico. En realidad, nada nuevo, porque toda la Memoria Democrática diseñada por el Ejecutivo es eso: una manipulación histórica que busca enfrentar a los españoles. Franco era un dictador, pero Adolf Hitler era un dictador y un abominable genocida que, puestos a buscarle un personaje al nivel de su infinita maldad, habría que mirar a Stalin, dictador y genocida que, sin embargo, sigue despertando admiración en sectores de esa izquierda cainita que se ha empeñado en reinterpretar la historia siguiendo el guión de su sectaria ideología. Porque puestos a comparar a Franco con un político actual hay rasgos en Pedro Sánchez que recuerdan bastante al dictador. De modo que convendría que el presidente del Gobierno se mirara en el espejo.