Los riesgos de comerse un roscón de Reyes frente al casoplón republicano de Iglesias

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Se conoce que comerse un roscón de Reyes frente al casoplón republicano de Pablo Iglesias e Irene Montero es un delito agravado de desobediencia a la autoridad, razón por la que la Fiscalía de Dolores Delgado -¿de quién depende la Fiscalía? Del Gobierno. Pues eso- ha solicitado 20 meses de cárcel para Francisco Zugasti, el ciudadano detenido el pasado miércoles cuando se encontraba con un grupo de amigos, comiendo roscón de Reyes, a 100 metros del chalet de la pareja ministerial.  Zugasti ha entrado en el Juzgado con la condición de investigado y ha salido con la de procesado, después de que la magistrada decidiera mandar al banquillo de los acusados a este vecino de Galapagar.

Los motivos por los que el Ministerio Público fundamenta su petición de cárcel se recogen en el artículo 550.2 del Código Penal: «Los atentados serán castigados con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de tres a seis meses si el atentado fuera contra autoridad y de prisión de 6 meses a 3 años en los demás casos». Lo que no argumenta la Fiscalía es el porqué del delito contra la autoridad, salvo que entienda que la ingesta de un roscón  representa  una amenaza grave para la integridad de la pareja o que al ser un roscón de Reyes, y dada la condición republicana del vicepresidente segundo y la ministra de Igualdad, el comerse el dulce navideño es una intolerable provocación.

En ese momento, los agentes de la Guardia Civil decidieron que los vecinos de la urbanización de La Navata debían abandonar la calle –pública– en la que se encontraban, porque la misma está blindada por orden del líder de Podemos y de su pareja, la ministra de Igualdad. La obsesión de ambos por meter en la cárcel a quienes se concentran frente a su vivienda -otro vecino, Miguel Frontera, se enfrenta también a penas de prisión- choca de bruces con la consideración que hacían los líderes podemitas cuando eran los dirigentes del PP quienes sufrían el acoso de la izquierda. Entonces, aquello «era jarabe democrático de los de abajo». Se conoce que no les gusta probar su propia medicina y, en consecuencia, han decidido utilizar a la Fiscalía de Dolores Delgado para acabar con las protestas.

Nunca hasta ahora un roscón de Reyes había sido considerado una forma de amenaza. Ojo, que si es de chocolate puede ser tildado de racismo encubierto.

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