Las rebajas fiscales de Sánchez también eran mentira

Las rebajas fiscales de Sánchez también eran mentira
Las rebajas fiscales de Sánchez también eran mentira

En la XXVI Conferencia de Presidentes presidida por Pedro Sánchez hace poco más de dos semanas, el pasado domingo 13 de marzo, en la isla de La Palma, el presidente del Gobierno se comprometió por escrito con los de todas las comunidades y ciudades autónomas, en un documento que llamaron los Acuerdos de la isla de La Palma, que literalmente dice: “Las medidas que se incorporarán al plan -de respuesta a las consecuencias de la guerra de Ucrania en España- desarrollarán e intensificarán las ya anunciadas hasta ahora, como son las rebajas fiscales para amortiguar el impacto de los precios de la energía en los recibos que pagan familias y empresas y otras que se puedan plantear”. Y era mentira.

Ese mismo día, en una entrevista en La Sexta con Antonio Ferreras, Sánchez afirmó que “además de todo este debate de las rebajas fiscales, donde el Gobierno de España va a estar, lo que es importante es que Europa reforme este mercado energético que no está funcionando”, negándose a aclarar qué nuevos impuestos pensaba rebajar y aplazando la decisión al Consejo de Ministros de hoy, tras el Consejo Europeo del 24 y 25 de marzo. Y también era mentira.

El lunes 28, en una reunión con empresarios, Sánchez anunció su Plan de Choque de Respuesta a la Guerra, que será aprobado en el Consejo de Ministros de hoy, en el cual no hay ni rastro de las nuevas rebajas fiscales comprometidas por escrito con los presidentes autonómicos hace dos semanas y anunciadas personalmente por el presidente del Gobierno, para ser incluidas en este plan que se aprueba hoy. Todo era mentira.

Para dicho plan se han anunciado 16.000 millones de euros, que parecen poca cosa al lado de los 20.319 millones aprobados para el nuevo Plan Estratégico para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, con el que se pagarán las chochocharlas organizadas por las asociaciones de amigas de Irene Montero. Incluye una “bonificación” de 20 céntimos por litro de carburante, de los que 15 serán una subvención que pagaremos entre todos, y los otros cinco los pondrán las petroleras, o sea, que también los pagaremos nosotros. Se prohibirán los despidos, lo que en la práctica sólo puede traducirse en la prohibición de la contratación, y se limitará la subida de los alquileres al 2%, que con una inflación del 7,5% condena a propietarios e inquilinos al mercado negro.

En marzo de 2020 la gasolina 95 estaba a 1,18 euros por litro. Un año después, en marzo de 2021, la pagamos a 1,32. Hace 6 meses, en septiembre de 2021, la estábamos pagando a 1,45. Y hoy nos cuesta 1,84 euros por litro. No es necesario dar muchas explicaciones para saber en qué se van a quedar los 0,2 euros de subvención que hoy anuncia Pedro Sánchez, porque a la vista está que es una medida inútil y propagandista desde su nacimiento. Sólo hagamos una cuenta más: ponerle 50 litros de combustible a un coche, cuando la gasolina estaba a 1,18 euros por litro, nos costaba 59 euros y hoy, por los mismos 50 litros, estamos pagando 92 euros. Los 20 céntimos por litro que ahora anuncia Pedro Sánchez apenas supondrán 10 euros de bajada en ese tanque que ha subido 33 euros y que seguramente seguirá subiendo. Y encima sabemos que la mitad de todo lo que pagamos son impuestos para las chochocharlas de Irene Montero.

Una vez más Pedro Sánchez ha vuelto a mentirnos a todos, pero la verdad es que, desde que le conocemos, el presidente del Gobierno es una mentira continua. El filósofo griego Epicteto dejó escrito ya en el siglo I que “la verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad”. Como sociedad, resulta vital que nos examinemos y pongamos solución a un sistema que permite que un mentiroso compulsivo como Sánchez pueda aferrarse al poder sin que sus continuas mentiras le cuesten el cargo.

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