La estrecha camaradería entre el Rey y la princesa

Si se parte de la teoría de que una imagen vale más que mil palabras, es evidente que las recientes fotografías de la visita del Rey al campo de maniobras militares de San Gregorio, para presenciar la actuación de la princesa de Asturias en esa fase de su instrucción como dama cadete, demuestran la complicidad del Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas con su hija y heredera de la Corona. Leonor es, en estos momentos, una aspirante a ser parte del Ejército, un periodo por el que ya pasó su padre a la misma edad que ella.

La Princesa está asumiendo el reto, que es muy duro de superar, porque sabe que ese es su deber en estos momentos de formación imprescindible dada su condición de futura reina. Y su padre no sólo la apoya con esa visita, que empezó con un saludo formal cuando el monarca llegó al lugar de las maniobras en las que se usa munición real, sino que supervisa el desarrollo de los entrenamientos para comprobar que lo que le dicen los mandos de que la dama cadete Borbón Ortiz cumple como una aspirante más y realiza todos los ejercicios previstos.

Dicen que la visita de don Felipe fue una sorpresa para su hija y quizá sea así, pero lo cierto es que la presencia del Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas levantó entre los compañeros de Leonor y los profesores de la Academia General de Zaragoza una atención enorme, ya que no se esperaban esa sorpresiva visita.

La imagen de don Felipe compartiendo sobremesa con su hija ante las bandejas con los restos del almuerzo de los cadetes ha causado gran impacto entre los medios de comunicación. También han servido esas imágenes, muy oportunamente difundidas por el Gabinete de Comunicación del Palacio de la Zarzuela, para dejar clara la camaradería que en la actualidad existe entre el Rey y la Princesa, ambos conscientes de la importancia de pertenecer al ejercito español, una institución muy valorada por la ciudadanía.

Que la relación paterno filial del Rey Felipe y la princesa Leonor es fluida en la que no parecen existir grandes conflictos generacionales entre ellos es una realidad indiscutible. De ahí, la cara de satisfacción del Jefe del Estado al comprobar por sí mismo que la educación que ha recibido su sucesora, en la que se le ha inculcado la gran responsabilidad de prepararse para ser la futura reina, ha sido asumida por la primogénita de los Reyes.

Una tarea en la que ha tenido mucho que ver la labor realizada por la Reina Letizia a lo largo de los años. Leonor es, por ahora, una dama cadete que cumple con sus obligaciones, las mismas exactamente que sus camaradas, y que supera las pruebas, en muchos casos muy exigentes, que la convertirán en una profesional del ejército perfectamente preparada. Lleva el mismo camino de su padre, el primer monarca español escrupulosamente formado para desempeñar su papel de primera autoridad del Estado.