España se la juega en Turquía

España se la juega en Turquía

España se la juega en Turquía, pero Pedro Sánchez priva a nuestras empresas de un representante diplomático en el país de Recep Tayyip Erdogan. Una irresponsabilidad más, mezclada con una flagrante falta de diligencia, que provoca que, en momentos de extrema gravedad como el que atraviesa el país otomano con la crisis de la lira, nuestros intereses no tengan un representante institucional que los defienda. El BBVA es una de las entidades más afectadas. Hasta el momento, este problema le está costando casi 5.000 millones de euros a pesar de que la moneda turca ha subido este martes, lo que ha provocado cierta recuperación en los números del banco presidido por Francisco González. No obstante, la empresa española con mayor presencia en Turquía no se puede ver privada de apoyo.

El BBVA aglutina el 14% de su negocio crediticio allí y entre sus activos tiene un 50% de la entidad bancaria Garanti. No es de extrañar, por tanto, que la situación del segundo banco más importante de España haya agravado la preocupación que, de por sí, tiene el Banco Centro Europeo (BCE) por todo lo que está ocurriendo con la lira turca —amenaza de efecto contagio incluida—. Una situación que para los intereses de nuestro país —también es muy notoria la presencia de otras compañías como Mapfre o Inditex— sería más llevadera si pudieran contar con un interlocutor de confianza para el Ejecutivo de Erdogan. Turquía es un país donde la diplomacia es una actividad muy importante y que se desarrolla con suma seriedad.

El Gobierno del Partido Popular había negociado con ellos hasta el punto de confirmar la designación del experimentado diplomático José María Robles, un hombre que, además, tiene experiencia en el ámbito bancario. No obstante, en una prueba más de sectarismo político, Sánchez paró el nombramiento de Robles y el de otros 39 embajadores repartidos por todo el mundo y, así, una actividad de representación institucional tan sensible quedó paralizada. Ahora, y tras lo acaecido en Turquía, se evidencia más el fallo. No hay nadie que pueda negociar con el Gobierno de Turquía en estos momentos y velar por los intereses de nuestras empresas. Si Pedro Sánchez es capaz de crear semejantes problemas cuando la economía va bien, resulta inquietante pensar lo que puede suceder en contextos complicados.

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